Bebés en la cárcel
Más de doscientos bebés en España viven en prisión con sus madres. Visto así nos puede parecer terrible que un bebé esté encarcelado sin haber cometido, por supuesto, ningún delito. Según Unicef, los niños deben ser acomodados con sus madres siempre que sea posible porque es menos traumático que la separación. Añaden que el ambiente carcelario es totalmente antinatural para un pequeño.
En España los bebés pueden permanecer hasta los tres años con sus mamás. «A partir de entonces es cuando empiezan a darse cuenta de donde están, a sentirse encerrados. Cuando llegan a esa edad, o bien es la familia de la interna la que acoge al menor o, si no hay familia cercana, los servicios sociales se encargan del pequeño», según Juan Romero, psicólogo de Instituciones Penitenciarias.
Las reclusas con niños están en módulos especiales, llenos de motivos infantiles, con jardines y zonas de recreo para los niños. En algunas ocasiones no hay rejas en las celdas. Las madres pueden optar por enviar a los niños a la guardería dentro o fuera del centro. Se intenta que para el bebé todo sea lo más normal posible sin que la madre deje de estar vigilada. Sin embargo los pequeños no están en el entorno adecuado, en estos módulos también hay peleas y puertas que se cierran haciendo mucho ruido.
Javier Urra promovió en su etapa como Defensor del Menor, la creación de Unidades Dependientes, lugares fuera de la cárcel, donde vivirían las presas con sus hijos, excepto cuando el niño está en la guardería, tiempo que su madre pasaría en prisión. De esa forma ella sigue cumpliendo condena pero el bebé no entra en la cárcel.
Instituciones Penitenciarias tiene previsto en el Plan de Amortización y Construcción de Centros Penitenciarios 2005-2012, la creación de Unidades de Madres en Palma de Mallorca, Andalucía, Madrid, Canarias y Valencia. Algunas de ellas ya están en funcionamiento, como la de Palma de Mallorca, que acoge a 10 mamás y sus bebés. Son complejos de mayor tamaño que los módulos de la prisión, independientes de esta y donde las habitaciones sustityen a las celdas. La vigilancia de las internas es contínua, porque ser madres no les exime de su pena.
Vía | ADN