Los bebés arco iris
El primer concepto que nos viene a la mente si hablamos del arco iris, es ese maravilloso espectáculo que aparece en el cielo tras la tormenta y que viene a traernos la alegría y júbilo del sol. Quizás por ello se les ha puesto este apelativo a esos bebés que nacen tras la pérdida de un hermano mayor, bien sea durante el embarazo o recién nacido.
Estos bebés traen con ellos la luz y la alegría de una ilusión hecha realidad, haciendo que el sol vuelva a brillar en ese hogar en el que han vivido momentos tristes, difíciles y de duelo por la desolada pérdida de un bebé.
Es importante respetar el duelo de los padres
Según los datos que manejan los responsables sanitarios, entre un 10 y un 20 por ciento de los embarazos tienen un final dramático, bien por abortos espontáneos o por fallecimientos del recién nacido. Los padres que tienen que enfrentarse a esta situación lo hacen de igual modo que ante cualquier muerte de ser querido, con el agravante de hacer recaer sobre sí mismos la responsabilidad de esa pérdida. Se trata de momentos sumamente difíciles en los que las emociones afloran con una intensidad difícil de medir.
Aunque un estudio realizado en Escocia, hace unos años, advierte que intentar un nuevo embarazo, con éxito, en los seis meses siguientes es más fiable que dejar pasar el tiempo, es normal que los padres se encuentren tan desolados que no quieran intentarlo. Es entonces cuando necesitan el apoyo y respeto de su alrededor, dejando que pasen el duelo, se disipe el miedo y vuelvan a gestar una nueva esperanza en sus corazones.
Tras la tormenta inicial, vuelve el sol con el nuevo bebé
Pero cuando, de repente, llega un nuevo embarazo, esos padres ya no lo disfrutan de igual manera. Sobre ellos pesa el recuerdo de aquella primera pérdida, por eso lo viven de forma temerosa, sin saborearlo con aquella primera inocencia que, desgraciadamente, les llevó a un trágico final. Es así como llegan a sentirse envueltos en una especie de tormenta que, de forma inevitable, les llevará, de nuevo, a la pérdida.
Sin embargo, este sentimiento cambia en cuanto llega el nuevo bebé y consigue disipar toda esa angustia, que como nubes tenebrosas, ha cubierto el cielo emocional de los padres. Un bebé que viene a iluminar el hogar y que, como el arco iris, anuncia días de luz y alegría. Esto no quiere decir que la ausencia del otro bebé no siga estando presente, por eso es importante que se puedan equilibrar ambos sentimientos con la misma naturalidad, y en eso los que estamos alrededor tenemos mucha responsabilidad, especialmente a través de la comprensión y el respeto.
Fotos | Facebook – Suther Darling Photography y Facebook – Every Child is a Blessing
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