Los bebés amamantados tienen menos fiebre tras las vacunas

Los bebés amamantados tienen menos fiebre tras las vacunas

Escrito por: Belén    23 mayo 2010    2 minutos

Después de poner una vacuna a un bebé, es frecuente que tenga algo de fiebre. Suele ser baja y pasajera y únicamente entre un uno y un dos por ciento de los pequeños tiene fiebre alta. Se debe a que se le ha inoculado la enfermedad, muy levemente pero lo suficiente para que su sistema inmune se ponga a funcionar. A los numerosos beneficios de la lactancia materna hay que añadir uno más, los bebés amamantados tendrían menos fiebre en estas ocasiones.

El doctor Alfredo Pisacane y su equipo de la Universita Federico II, en Nápoles realizaron un estudio para comprobar las diferencias en la fiebre provocada por las vacunas, dependiendo del tipo de alimentación del bebé. Se tomaron datos de 450 pequeños de los que 120 recibían lactancia materna en exclusiva, 154 lacatancia mixta y 176 lactancia artificial. Los bebés tenían de media 3 y 6 meses en las respectivas vacunaciones.

Todas las madres controlaron la temperatura rectal de sus hijos la tarde de la vacunación y los tres días siguientes. Las vacunas aplicadas fueron la primera y la segunda dosis, cada una en su momento, de dos combinaciones (difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B, polio, Haemophilus influenzae tipo B-Hib- y neumococo). El 90 por ciento de los bebés tuvo fiebre el primer día y un 75 por ciento el día siguiente. Sólo 8 pequeños tuvieron más de 39 grados, de ellos 4 de lactancia mixta y 4 de biberón. El 25 por ciento de los bebés con lactancia exclusiva, el 31 por ciento de lactancia mixta y el 53 por ciento de lactancia artificial tuvieron fiebre de más de 38 grados.

Por tanto, los bebés amamantados tuvieron un 54 por ciento menos de riesgo de tener fibre comparados con el grupo de biberón. En los que recibían lactancia mixta el riesgo fue de un 42 por ciento menos. Según el equipo, la leche materna reduciría la producción de proteínas inflamatorias que se liberan con la vacunación, y el pecho les daría tranquilidad a los bebés febriles animándoles a comer. Además los pequeños de pecho ingieren más calorias que los de biberón.

El doctor Pisacane explica que, «Cuando los niños están enfermos tras recibir una vacuna, no sólo necesitan agua, alimento y un entorno tranquilo, sino también protección. Necesitan el calor de sus madres. La lactancia les proporciona todo lo que necesitan cuando están mal. La lactancia mixta también protege la salud de los bebés y asegura una relación cálida entre la madre y el niño.»

Vía | Medline Plus
Foto | Flickr-Koalie

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