Los bebés amamantados regulan mejor su alimentación
Una de las ventajas de dar el pecho es que es el propio bebé el que regula la cantidad de comida que recibe. La lactancia materna se ha relacionado con la menor incidencia de obesidad en los bebés, y puede que la autoregulación sea la clave. El bebé alimentado con biberón tiende a comer más y en la segunda infancia suelen terminar cada toma. Los investigadores sugieren que los padres que dan leche materna almacenada o leche de fórmula, deben prestar atención a los signos del niño cuando no quiere comer más, y respetarlo.
Los datos son el resultado de un estudio publicado en Pediatrics y realizado por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Se tomaron datos de 1.250 bebés nacidos a término y con un peso superior a los 2.300 gramos. Sus madres rellenaron un cuestionario mensual durante los primeros doce meses de vida de sus hijos. Al mes, el 52 por ciento se alimentaba de leche materna en exclusiva y el 41 por ciento con leche de fórmula. Los demás tomaban leche materna en biberón u otro tipo de leche.
A los seis meses un 27 por ciento seguía con lactancia en exclusiva y el 66 por ciento con leche de fórmula. Se consultó a las madres la frecuencia con la que sus hijos vaciaban el bibe o la taza entre los 6 y los 12 meses. La diferencia entre los bebés amamantados y los de biberón son muy significativas. Un 68 por ciento de los bebés alimentados con leche de fórmula terminaban su toma y un 54 por ciento de lo que tuvieron lactancia mixta. En el grupo de pecho, sólo un 27 por ciento terminaba la taza o el biberón en la infancia tardía.
Hay muchas razones que podrían explicar la diferencia, con el pecho el bebé no siempre tiene una succión nutritiva, y no es posible saber cuanto come. Además la última parte de la toma es más rica en grasa y podría ser una señal para que el bebé deje de comer. Con el biberón puede que el cuidador fuerce al pequeño a terminar toda la leche y se corre el riesgo de sobrealimentarlo.
Los autores recomiendan que en caso de no dar el pecho se preste atención a las señales del bebé, si gira la cabeza, deja de succionar o saca la lengua es que no quiere más. Los bebés nacen con la capacidad de autorregular la ingesta.
Vía | Medline Plus
Foto | Flickr-Premasagar
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