Bebé riéndose mientras le ponen las vacunas

Hablar de llevar a nuestros niños al pediatra no es plato de buen gusto para nadie, eso significa que se encuentra malito y nuestra preocupación siempre es mucho mayor, por regla general, que el mal que le pueda aquejar. El miedo al sufrimiento y la necesidad de ver a nuestros niños sanos, son sentimientos que nos acompañan desde el primer momento de vida de nuestro pequeño.

Pero el contacto con el personal sanitario no siempre es el más agradable. El terror a las batas blancas o ese sentimiento de saber que nos van a hacer daño, son componentes primordiales para que nuestro bebé se ponga en tensión, llore e, incluso, se niegue en redondo a entrar ni siquiera a la consulta. Los padres tenemos que animarles y hablar del médico y las enfermeras con amabilidad y buen sentido del humor, pero también es cierto que a estos profesionales, especialmente cuando trabajan con niños, les hace falta una buena dosis de alegría y mano izquierda.

Las revisiones médicas durante los primeros años son primordiales para salvaguardar la buena salud de nuestro bebé y evitarle problemas posteriores, y las vacunas son uno de los métodos más efectivos para este fin. Pero el momento del pinchazo puede ser de lo más trágico si no sabemos «endulzarle» debidamente ese instante, y es que a pesar de ser un segundo, es tal el impacto que recibe nuestro bebé que su única reacción será el llanto, terror que le acompañará en cada visita.

Pero para que veamos que las cosas se pueden hacer de otra manera y que un buen profesional siempre tiene las de ganar, aquí os dejo un simpático video en el que un sanitario le pone la vacuna al bebé con tal maestría y derroche de humor, que el pequeño no tiene más que reírse. ¿Te imaginas que todos fueran así?

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