El bebé muerde el pecho, ¿qué puedo hacer?
A lo largo del desarrollo de nuestro bebé nos va a ir planteando situaciones que nos pueden resultar de lo más curiosas y, también, desconcertantes, especialmente si somos primerizos. Para estas situaciones, poco nos sirven los consejos y advertencias de nuestros familiares u otras mamás, ya que cada niño es un mundo y no todos presentan los mismos comportamientos, pero sí es cierto que debemos tener algunas ideas en cuenta.
Una de las formas que nuestro bebé utiliza para explorar y descubrir el mundo que le rodea es a través de la boca. Es así como te habrás dado cuenta que resulta casi obsesionante que todo aquello que encuentra se lo lleve a la boca, por eso es necesario tener especial cuidado, sobre todo con aquellos objetos que puedan resultar peligrosos. No hay que olvidar que su primer gesto, nada más nacer, es el de la succión y nuestro pecho es el primer contacto que tiene con una forma de entender y aceptar el mundo.
Pero puede suceder que, conforme vaya pasando el tiempo, a nuestro bebé le dé por mordernos el pecho. Suele ser una práctica habitual que nos indica que va preparándose para tomar alimentos sólidos. También puede ser que lo haga porque tenga molestias en las encías, como consecuencia de la salida de sus primeros dientes, o que simplemente quiera llamar la atención de la madre. En cualquiera de los casos es necesario hacerles saber que, este gesto suyo, nos produce dolor y que no podemos permitírselo. Pero ¿cómo se lo corregimos?
Un NO contundente, apoyado con un gesto de desaprobación, suele ser la mejor forma de hacerles saber nuestro enfado. Mirarle directamente a los ojos con cara seria o retirarle el pecho de la boca, suele ser lo más efectivo. Al fin y al cabo el lenguaje no verbal es el que más va a entender durante estos primeros meses de vida.
Seguramente el bebé llorará y te mostrará su enfado, y aunque tengas que repetirlo en varias ocasiones, es importante que le quede bien claro que no es bueno que lo siga haciendo. Y, por supuesto, nada de reírse, pues él lo tomará como un juego y después será mucho más costoso impedir que lo haga.
Foto | Pixabay – Adina Voicu
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