El baño de los niños
Es baño es una de esas maravillosas rutinas que les puede encantar…. u horrorizar. Dependerá mucho de cómo lo enfoquemos y el tiempo y el protagonismo que les concedamos. Si vamos con apuro o a los gritos no será el mejor momento.
A algunos chicos no les gusta bañarse, y la clave para cambiar esto es detectar cuál es su problema. Hay chicos que tienen pánico a que le entre jabón en los ojos, así que aceptan lavarse la cabeza siempre que pueda tener una toallita arrugadita sobre sus ojos. No le hace nada, pero ellos sienten seguridad y entonces no se resisten.
A mucho de los chicos les da pánico que les entre champu en los ojos… Hay que encontrar una solución. ¡Seguro que es más sencilla que luchar todos los días a brazo partido para meterlo en la bañera! También podemos ponerle una vicera o unas antiparras o cualquier cosa que lo ayude a sentirse seguro.
Hacerlo participe de su baño desde el principio hasta el final es importante para ellos. Por ejemplo, aunque aun no podemos dejarlo solo en la bañera ni será capaz de lavarse todo el cuerpo, sí puede enjabonarse casi todo solito, con sus manos o con una suave y jabonosa esponja con la que ‘pintarse’ el cuerpo de espuma.
Algunos chicos necesitan lavar primero a sus muñecos y nos tomaremos el tiempo necesario para eso. Lo ayudaremos a lavar las zonas a las que él no llegue (la espalda, sobre todo), e incorporaremos sus juguetes al baño si esto lo hace más atractivo para él.
Y el baño no termina una vez que está seco (algo para lo que le tendremos que dar una mano). Ya puede tomar su ropa y llevarla al cesto de la ropa sucia. Da igual que la arrastre o vaya dejando prendas por el camino.
Pretendemos que empiece a hacerse responsable también de sus cosas, un poco más allá de los límites de su cuerpo.
Fuente | Ser Padres Hoy