Baby-clash: ¿Cómo cambia la vida de pareja tras ser padres?

Baby-clash: ¿Cómo cambia la vida de pareja tras ser padres?

Escrito por: Maite Nicuesa    30 marzo 2024    3 minutos

¿Cómo impacta la llegada del bebé en la relación de pareja? ¿Cómo pone a prueba el vínculo sentimental? Descubre el significado del término baby-clash

A veces, no es fácil poner palabras para describir con la máxima precisión un proceso vital y emocional. Sin embargo, existen metáforas de la naturaleza que pueden servir para explicar con más claridad cómo cambia la vida de pareja tras la formación de una familia. En ocasiones, la llegada del primer hijo supone un auténtico punto de inflexión, un choque con la realidad previa, es decir, un verdadero terremoto que mueve los cimientos del vínculo sentimental.

Así lo pone de manifiesto el término baby-clash que se desarrolla con más profundidad en el libro El baby-clash: La pareja a prueba del niño escrito por Colette Barroux y Bernard Geberowicz. En definitiva, el terremo emocional que viven numerosas parejas en esta etapa puede describirse por medio de otra referencia natural de carácter atmosférico: la tormenta puede ejemplificar la realidad de bastantes familias en esta etapa.

Cuando la llegada del bebé deriva en crisis y rupturas

El reto de ser padres no es sencillo porque se suman nuevas responsabilidades y tareas. A su vez, este cambio trae consigo otro orden de prioridades personales. Y la evolución de ambos progenitores no siempre se alinea hacia la misma dirección.

A veces, los cambios que se producen en la pareja con la llegada del primer hijo, hacen visibles otras carencias y dificultades previas a las que no se había dado la importancia necesaria. Sin embargo, ahora esos factores se muestran en su máxima intensidad.

Que Factores Influyen En Las Crisis De Pareja Tras Ser Padres

Qué factores influyen en las tensiones que experimentan las parejas

Es decir, el impacto de los cambios que se plantean con la llegada del bebé puede ser tan elevado que algunas historias de amor terminan en ruptura. En cualquier caso, incluso aquellas parejas que evolucionan positivamente, también pueden vivir un periodo de crisis que se ve agravado por las dificultades para conciliar, la carga mental, el estrés, el cambio en las relaciones personales, las expectativas de la crianza, el agotamiento, la reducción de los momentos compartidos en pareja… Es decir, en este contexto vital pueden adquirir una nueva dimensión otras dificultades previas pero, además, también surgen otras complicaciones que son nuevas. La suma de variables puede ser tan elevada que, a veces, desborda a los protagonistas.

Este terremoto emocional y personal que impacta en aquellas parejas que viven de cerca el fenómeno conocido como baby-clash deja su huella en la comunicación, la confianza, la intimidad, la conexión con el otro… De hecho, incrementa las tensiones entre las partes y el desencanto. A veces, cambia incluso la forma de ver a la otra persona o a uno mismo.

Es recomendable no tomar decisiones precipitadas bajo el impacto del baby-clash puesto que este terremoto emocional debe entenderse en su contexto. Por intenso que parezca el alcance del cambio en un primer momento, este periodo suele ser temporal. Las parejas también adquieren nuevas recursos y medios para afrontar los retos que tienen por delante. La convivencia puede cambiar de manera temporal. Aunque este choque puede incrementar el riesgo de ruptura, la mayoría de las parejas superan el proceso a medio o largo plazo.

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