Ayudar a que nuestros bebés den sus primeros pasos
La presencia y el acompañamiento alimentan la cercanía en el vínculo con el bebé. También la observación de los pequeños y grandes logros que un niño protagoniza en su crecimiento. Los primeros pasos adquieren un significado especial en la autonomía personal y en la perspectiva del entorno. El proceso siempre es único, pero se materializa de forma paulatina y gradual.
Es muy importante que el entorno respete el ritmo y las necesidades del peque. ¿Cómo acompañarle y motivarle en el camino? La moda no es un factor secundario en este contexto. Es esencial que el niño utilice prendas que facilitan los cambios de postura y movimiento. Por ejemplo, una chaqueta bebe niña que se adapta perfectamente a su cuerpo. En Uno más en la Familia te damos algunas claves para ayudarle en sus primeros pasos.
1. Creación de un espacio cómodo y despejado
La expectativa de que el niño dé sus primeros pasos no solo se alinea con el cumplimiento de esa posibilidad. Los tropiezos y posibles caídas forman parte del aprendizaje. Por ello, es importante planificar el entorno para eliminar aquellos obstáculos que puedan suponer un riesgo para su bienestar. Es recomendable que la estancia en la que se encuentra el niño esté bien ordenada.
Quizá sea necesario reorganizar el entorno para adaptarlo a su realidad. Por ejemplo, cambia de sitio algunos muebles auxiliares para incrementar el espacio vacío. El contacto con el suelo facilita el aprendizaje de los primeros pasos. Pues bien, es importante que esté despejado. Por otra parte, es positivo que el entorno quede protegido con una alfombra.
2. Confía en los recursos y en la capacidad del niño
Los primeros pasos son siempre únicos. Es esencial evitar hacer comparaciones con la evolución de otros niños, puesto que esa perspectiva potencia la impaciencia y la prisa. El adulto acompaña con su cercanía al peque. Es testigo directo de un momento único de su existencia. Pero no debe intervenir desde la sobreprotección. Es decir, confía en sus recursos y en su capacidad para desarrollar nuevas habilidades.
La planificación facilita la creación de una rutina adecuada para el bebé. Por ejemplo, la elección de un pijama bebe recien nacido facilita su descanso. Pues bien, el acompañamiento de los primeros pasos también contempla algunos factores que puedes anticipar de forma intencional: incrementa la seguridad en el espacio, viste al niño con ropa cómoda y acompáñale sin condicionarle con tus expectativas.
3. Juegos y descubrimiento
Los primeros pasos del bebé muestran un cambio significativo en la conexión con el entorno. Pero ese logro supone una experiencia más en el descubrimiento directo de la realidad. Por ello, la interacción con el niño y el tiempo de juegos son un impulso en su desarrollo integral. Es decir, también le preparan para avanzar poco a poco hacia sus primeros pasos.
4. Acompañamiento emocional
Aunque el niño disfrute de un entorno práctico y adaptado a sus necesidades, siempre debe estar acompañado por una persona adulta y responsable. De este modo, puedes actuar rápidamente si percibes un posible riesgo. También puedes ser un gran apoyo para él cuando vuestras manos están unidas en la realización de un pequeño trayecto. Pero ese momento debe producirse cuando él esté preparado.
Es decir, las expectativas del adulto no deben anticipar un proceso que debe respetar el ritmo personal. A través del acompañamiento, la interacción y la presencia consciente puedes observar su evolución, su lenguaje corporal y su aprendizaje.
Por tanto, para ayudar a tu hijo a dar sus primeros pasos no es preciso que intervengas de manera constante a través de un rol sobreprotector. Por el contrario, tu ayuda se manifiesta a través de la cercanía, la observación, la atención y la presencia. Es importante que estés ahí, pero sin interferir en su propio ritmo. Si tienes alguna duda sobre su evolución, consulta tus preguntas con el pediatra.
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