Autocuidado físico y emocional en padres: bienestar integral

Padres y madres concilian este papel con otras muchas responsabilidades en su vida. La rutina diaria profesional y familiar, que puede llegar a ser tan difícil de conciliar, es muy exigente. Y, con relativa frecuencia, la atención de los progenitores se dirige hacia cuestiones que parecen dejar permanentemente en un segundo plano el valor del autocuidado. Dicho cuidado personal potencia el bienestar integral cuando pone el foco en el cuerpo, la mente y las emociones.

En la web de Welnia puedes encontrar una gran selección de productos de parafarmacia, asesoramiento nutricional y consejos farmacéuticos para cuidarte. En Uno más en la Familia proponemos siete recomendaciones prácticas para padres y madres que quieren emprender el próximo mes de septiembre con un estilo de vida consciente.

1. Revisiones médicas adaptadas a la edad

Los padres conocen información clave sobre la evolución del bebé y su proceso de crecimiento a través de diferentes revisiones pediátricas que ofrecen un excelente nivel de seguimiento. Pues bien, el cuidado de la salud personal, desde la prevención, puede aplicarse en otras etapas. Es decir, las revisiones médicas se adaptan a la edad de la persona y a sus necesidades más inmediatas. Habla con tu médico habitual para que te informe al respecto de una manera personalizada.

2. Paseos saludables: ejercicio físico y contacto con la naturaleza

El sedentarismo impacta de forma negativa en la salud. El movimiento corporal es clave para mantener un estilo de vida activo. Los paseos saludables, en entornos que fomentan el encuentro con la naturaleza, proporcionan un cuidado integral. Por ejemplo, alimentan la calma y previenen el estrés a través de la atención plena.

Mientras que es muy posible que, en otros instantes de la jornada, estés atento a tareas pendientes que se integran en el futuro, caminar es una práctica saludable para conectar con el presente a través de las sensaciones corporales.

3. Practica una afición (o varias)

Las dificultades en la gestión del tiempo hacen que muchos padres renuncien incluso a aficiones que han cultivado con ilusión antes de formar una familia. Tras el nacimiento del primer hijo, se produce un punto de inflexión en la rutina diaria y en la forma de organizarla. Sin embargo, es recomendable que busques y encuentres pequeños momentos para ti (espacios que podrán ir ampliándose conforme el niño crece y adquiere un mayor nivel de autonomía). Cuando realizas actividades que te gustan y te motivan, practicas el autocuidado.

Elige iniciativas realistas que se adapten a tus circunstancias actuales. Es decir, quizá haya alguna afición que no se integra con facilidad en tu proyecto de vida. Pero el catálogo de actividades y propuestas de entretenimiento es extenso. Por ello, seguro que puedes encontrar una fuente de diversión que se ajusta al contexto presente como, por ejemplo, la lectura.

4. Descanso físico y emocional: no te olvides de la desconexión digital

El descanso es clave para padres y madres que hacen frente a numerosas responsabilidades en el día a día. Sin embargo, la calidad del descanso a largo plazo va más allá de un sueño reparador. Existen otros hábitos y rutinas que ponen el acento en la óptima gestión de la energía personal.

Por ejemplo, haz varias pausas breves durante la jornada, reconoce tus propios límites, pide ayuda cuando la necesites o aplaza aquellas tareas que puedes posponer (si no tienes la posibilidad de ocuparte de esos asuntos ahora). Por otra parte, no te olvides de la desconexión digital para conectar plenamente contigo mismo y con la vida familiar. Establece límites y horarios para utilizar la tecnología de forma responsable (si consideras que esta ocupa un espacio excesivo en tu rutina).

5. Alimentación consciente

Desayunos, comidas y cenas son relevantes más allá de su perspectiva nutricional. La forma de disfrutar de las comidas más importantes del día, también tiene una dimensión anímica y emocional. La alimentación consciente se ejercita a través de la experiencia práctica por medio de una atención plena que pone el foco en las sensaciones y características de los alimentos. Cuida la decoración de la mesa por medio de una presentación sencilla. Y saborea ese instante con tranquilidad.

6. Mejora tu comunicación verbal y corporal

La calidad de los vínculos afectivos y la cercanía de las relaciones personales pueden influir favorablemente en tu calidad de vida. De hecho, es aconsejable que padres y madres cultiven la comunicación con una red de apoyo de referencia que está formada por seres queridos, nuevos contactos y amigos. Pues bien, la comunicación incide favorablemente en la confianza cuando se nutre desde la asertividad, la empatía, la escucha y la inteligencia emocional.

Sin embargo, la comunicación es clave para solucionar conflictos y desenredar los nudos que pueden distanciar a dos personas cuando no resuelven un malentendido (que se agrava con el tiempo). Alimenta tu comunicación con los demás por medio del lenguaje verbal y no verbal. Y no te olvides de tu propio diálogo interno para fortalecerlo con mensajes positivos y un tono amable.

7. Cuida de ti mismo de forma consciente: tu papel va más allá del rol de cuidador

Padres y madres pueden caer en el error de posponer su propio autocuidado. En ocasiones, lo ponen en un segundo plano. Pues bien, el autocuidado no es un signo de egoísmo, sino una fuente de autoestima y bienestar integral. Tu nivel de energía aumenta cuando te atiendes y escuchas tus necesidades. En consecuencia, te sientes más preparado para afrontar los retos de cada día cuando tu estilo de vida no gira permanente en torno a objetivos, resultados y procesos. La introspección es esencial en el presente para fomentar el mantenimiento de un buen nivel de autoestima.

El autocuidado en padres y madres es una prioridad porque, de forma objetiva, se alinea con una necesidad básica de la naturaleza humana. Por otra parte, el autocuidado se concreta en acciones sencillas y realistas: se fortalece por medio de un estilo de vida activo, una dieta saludable, la práctica de aficiones, el cuidado de las relaciones sociales y un buen descanso.

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