Australia prohíbe las guarderías para los bebés no vacunados
El mundo de las vacunas y su empleo en los niños sigue levantando una polvareda de polémica constante. Frente a aquellos que se niegan a seguir los dictámenes de la medicina, se encuentran los que siguen a «pies juntilla» toda propuesta que les realicen, en cuanto al bienestar de la salud de sus hijos. Los Gobiernos,a pesar de legislar cada uno bajo distintos criterios, siguen impulsando la vacunación en los recién nacidos, con el fin de protegerlos ante enfermedades, excesivamente peligrosas, que todavía circulan por el mundo.
Pero si hablamos de polémica en torno al mundo de la vacunación, en los últimos días todos los ojos se han puesto en Australia. El primer ministro de este país ha puesto en marcha una campaña con la que pretende prohibir la entrada a las guarderías a aquellos bebés que no hayan sido vacunados.
Una campaña llena de polémica
«Sin pinchazo, no hay juego», es el título de la campaña que el primer ministro australiano, Malcom Turnbull, ha puesto en marcha para que todos los niños de su país, sin excepción, sean vacunados. A pesar de que la cifra de vacunación es bastante elevada, llegando al 93 por ciento, el gobierno quiere que se eleve, al menos, hasta el 95 por ciento. Según los responsables sanitarios del país, con ello se va a poder frenar algunas de las enfermedades infecciosas infantiles que, todavía, están provocando grandes problemas en el país.
Estas vacunas obligatorias protegen contra enfermedades como la rubeola, el sarampión o las paperas. Pero son muchos los padres que las consideran inútiles, negándose a proteger a sus pequeños contra ellas. El Gobierno considera, sin embargo, que ese pequeño porcentaje que se niega a vacunar a sus niños, está perjudicando al resto, haciendo que estas enfermedades infecciosas siguen permanentes en la sociedad.
Sin guardería y sin ayudas estatales
Esta medida ya está funcionando en algunos estados como Victoria, New South Wales y Queensland. Otros estados, en cambio, sólo prohíben la estancia en la guardería a los bebés cuando hay un brote de alguna enfermedad infecciosa. Sin embargo con la campaña «Sin pinchazo, no hay juego», el Gobierno pretende que se haga extensible a toda la población siguiendo el modelo del estado de Victoria que es el más estricto.
Pero negar a los niños no vacunados la entrada a la guardería o la escuela infantil, no ha sido la única medida de presión que ha ejercido el Gobierno australiano frente a su población. Desde enero del año pasado, se les ha retirado la ayuda a las familias con hijos que se niegan a vacunarlos.
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