Aunque lo sospechábamos, los bebés son más listos de lo que pensamos
A mi, de manera particular, los bebés siempre me han transmitido una sensación de delicadeza, de indefensión solos ante el mundo, pero también de que son invulnerables de algún modo, como si pareciera que no puede pasarles nada en ningún momento, salvo el típico chichón que les pueda salir por una caída jugando.
Esto se puede refrendar algo más por las conclusiones que han derivado de estudios realizados en la Universidad de Pompeu Fabra de Barcelona. Los bebés tienen más fortaleza de la que nosotros nos creemos y más recursos de los que parecen desarrollar.
El estudio nos dice que los niños de doce meses pueden pensar de manera más racional que los propios adultos. Para ello, el investigador Luca L. Bonatti, especialista en razonamiento y cognición infantil, ha desarrollado una técnica que permite dilucidar la mente de estos pequeños a una edad en la que no tienen aún capacidad para hablar.
Su investigación plantea que el razonamiento de los recién nacidos es puro, sin basarse en experiencias previas, como sucede a los adultos, ya que no han tenido tiempo aún de percibirlas, lo cual favorece a los resultados que se puedan obtener de test que se les realicen. Los adultos, sin embargo, somos más propensos a equivocarnos, precisamente por esa confianza en nuestra experiencia en la vida.
La técnica consiste en mostrar una serie de imágenes a niños de un año para poder realizar una pregunta compleja a los mismos y analizar su respuesta. En las imágenes se muestra un bombo, similar a los de los sorteos de loterías, con cuatro piezas, tres del mismo color y forma y uno diferente, buscando demostrar que el razonamiento no tiene por que estar estrechamente relacionado con el desarrollo del lenguaje.
También se detecta esta precocidad en la inteligencia de los bebés con su habilidad para leer los labios de los que le rodean y aprender a hablar. Para ello, se les mostraban imágenes de diferentes mujeres hablando, pasando los recién nacidos mucho tiempo observando el movimiento de labios de las mismas. Esto mejora la opinión de que los bebés sólo aprenden a hablar escuchando a los que están a su alrededor.
En otros estudios, también se ha corroborado está extraordinaria inteligencia de los bebés, apreciando palabras que los niños comprendían antes de poder expresarlas lingüísticamente o comprobando comportamientos sobre el sentido de la justicia o el altruismo, sólo asignado a los bebés a partir de más edad.
Pues ahí los tienen. Aunque creo que siempre hemos pensado que eran muy listos, no sabíamos hasta que punto su inteligencia era capaz de desarrollarse, incluso antes de poder articular palabras con sentido. Definitivamente, los bebés al poder.
Vía | vanguardia.com.mx
Foto | sxc-bjearwicke