Arnidol siempre conmigo

Ayer miraba a mis peques mientras jugaban en la playa con otros niños. Además de deleitarme con la suerte que tengo, les escrutaba los cuerpecitos para comprobar que todo está bien -¡uy, mira papá ese lunar es nuevo!… Pero me di cuenta de algo más, mis niños tienen menos cardenales de lo que, por comparación con el resto, es normal. Debe ser que hay mamás que aún no conocen Arnidol.

Yo lo llevo siempre encima, en la bolsa del cochecito, en la de playa o en la mochila para el parque. La barrita lila de Arnidol va en el paquete de cosas imprescindibles que cambiar cuando cambio de bolso, como los pañuelos, la botella de agua o las gafas. Mis niños cuentan con ello, y cuando se dan un golpecito vienen corriendo a buscarlo.

El secreto de Arnidol gel stick es su composición a base de Árnica, un compuesto natural que reduce y evita la aparición de moratones y, el Harpagofito, otra planta con conocidas propiedades anti-inflamatorias y de alivio del dolor. Pero yo creo que lo que mejor funciona es la barrita en sí. Me explico, su aplicación es como una prolongación de los mimos y cariñitos de mamá. Es suave pero no mancha, es un formato muy cómodo, como un pintalabios grueso y la combinación de colores, el lila de la barra y el verde claro del producto, transmiten tranquilidad.

Si aún no lo has probado, lo tienes en farmacias y parafarmacias. No cura mejor que un beso, pero es un buen complemento, y además totalmente natural.

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