Aprender es divertido
Nadie pone en duda que muchos contenidos deben aprenderse de libros de texto, pero hay muchos otros contenidos que pueden interiorizarse en el tiempo en que el niño está descansando. Podemos buscar actividades que despierten su curiosidad por las materias que no le gustan o que lo ayudan a fijar los conceptos de una manera más visual, emocional y divertida lectura.
Lecturas variadas.
Para los días y ratos libres podemos seleccionar diferentes lecturas. Lo importante es que se adapten a sus gustos y que no vean los libros como una obligación, sino como un placer. Aficionarse a la lectura es tan importante como cualquier asignatura y es la base del éxito escolar: desarrolla la imaginación, la flexibilidad de pensamiento, la fluidez verbal y la ortografía y el vocabulario.
Rompecabezas, construcciones, etc
Estos juegos potencian la capacidad de análisis, la capacidad espacial y el control motor. También desarrollan la iniciativa y la representaron simbólica. Además, consolidan muchas operaciones lógico matemáticas: clasificar, seriar, etc.
Contacto con la naturaleza
En los paseos y excursiones al aire libre debemos inculcarles una actitud activa en el conocimiento de su entorno. Se trata de sacar el mayor partido a la situación. ¿Cómo se llaman estos árboles? ¿Son de hoja perenne o caduca? Esta huella ¿de qué animal será? ¿Dónde desembocará este río?
Vía | Ahora mamá
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