Los apellidos del bebé podrían ir por orden alfabético

Desde el año 1999 se puede elegir el orden de los apellidos de nuestros hijos al inscribirlos en el Registro Civil. Si ambos padres están de acuerdo, se puede poner delante el de la madre. En caso de no haber dicho acuerdo, prevalece el del varón. Pero esto va a cambiar si se aprueba finalmente el proyecto de Ley sobre el Registro Civil que ha propuesto el Gobierno español.

Si sale adelante la propuesta, a partir del año 2013 los padres deberán ponerse de acuerdo en el orden de los apellidos de su primogénito. En caso de desacuerdo o de no indicar nada, y ahí está la polémica de la ley, prevalecerá el orden alfabético. Así el progenitor que se apellide Zurita, por ejemplo, no tendrá ninguna opción en caso de que su pareja se empeñe en poner su patronímico. Del mismo modo, el padre o madre que se apellide Abad no tendrá que molestarse en discutir nada, su hijo llevará su apellido en primer lugar.

Los apellidos que se decidan para el primogénito serán los mismos que lleven el resto de hermanos. Al menos, hasta la mayoría de edad de los niños, en que podrán elegir el cambio de orden. Se supone que se ha buscado un criterio objetivo que no favorezca ni discrimine a ninguno de los padres. Sin embargo, en otros países como Alemania, se opta por otra fórmula, lanzar una moneda al aire. Esto garantiza verdaderamente la igualdad de oportunidades.

El apellido indica la pertenencia a un linaje, una familia. En España podemos remontarnos a la Edad Media siguiendo nuestro patronímico. Es cierto que es por línea paterna y puede haber quien piense que es machista o discriminatorio. Pero esto tiene un sentido más allá del machismo, la madre siempre se sabe quien es (salvo en la Clínica San Ramón), el apellido era la forma de identificar al padre. Sin embargo, no creo que el orden alfabético termine con la discriminación, tan sólo cambia el sujeto discriminado.

El siguiente paso será poder elejir libremente el apellido de nuestros hijos, tiempo al tiempo. Total ya que se ha perdido el sentido que tenía, ¿que más da?.

Vía | El País
Foto | Doce Linajes Soria

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