Los antipsicóticos infantiles pueden tener graves efectos secundarios
Desde hace unos años, la ingesta de antipsicóticos en la población infantil se ha visto en aumento de forma alarmante. Estos son recetados para prevenir o tratar problemas graves de comportamiento como el trastorno bipolar, el autismo o el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Pero, quizás, se estén administrando a los niños de una forma descontrolada sin pensar en las consecuencias posteriores que van a acarrear después.
A fin de aclarar y dar luz a esta cuestión, los especialistas del Hospital Zucker Hillside de Nueva York, han llevado a cabo una minuciosa investigación en la que se han revelado datos importantes en cuanto al uso y hábito de estos fármacos. Deduciendo, en términos generales, que el impacto en los niños es mucho mayor que en los adultos, es decir, que el mismo medicamento que funciona en un mayor no ofrece los mismos beneficios y resultados en un paciente pediátrico.
Para ello, los investigadores tomaron a 272 niños y los dividieron en cinco grupos, administrándoles, a cada uno de ellos un tipo de fármaco diferente. Dejando el quinto grupo libre de ingesta. Tras unas semanas de tratamiento ya se arrojaron los primeros resultados concluyentes. Todos los que habían sido medicados, había sufrido un aumento de peso considerable que iba, según la composición, desde los 8 kilos hasta los 4. También se advirtieron cambios metabólicos importantes que provocaron el aumento de los triglicéridos y el colesterol.
Todos estos resultados fueron observados durante las 12 semanas que duró la investigación, aunque lo interesante sería hacerlo a más largo plazo, a fin de observar, detenidamente, la evolución de los pacientes ya que, según estas pruebas puede ser mucho más grave el remedio que la enfermedad.
Aunque los expertos consideran que estos fármacos pueden ser beneficiosos para los trastornos extremos en la infancia, sí que, a largo plazo, podrían provocar una serie de efectos secundarios que desembocaran en otro tipo de enfermedades.
Vía | Pequelia