La angustiosa espera de las listas de admitidos en los colegios
Decidir donde va a estudiar nuestros hijos es, en teoría, un derecho de los padres. Pero, en la práctica es una utopía para muchos ya que la alta demanda en algunos centros hace necesario que se busque un criterio limitador. Si por los padres fuera seguro que algunos centros escolares desparecerían y otros serían megacolegios. El tiempo que va entre que empezamos a buscar colegio y salen las listas definitivas de admitidos es de los más angustiosos de los primeros años de la paternidad.
Es una generalidad, por supuesto, hay situaciones particulares muy difíciles y familias que no le dan ninguna importancia al centro en que se formarán sus hijos. Pero, para la mayoría no es exagerado hablar de una época de nervios e incertidumbre. Incluso quien opta por un colegio privado siente la misma sensación, porque aunque las cosas han cambiado un poco con la crisis, en muchos siguen teniendo que seleccionar.
Algunas comunidades como la madrileña ya han resuelto la incógnita de este año, otros padres como los valencianos, aún tienen por delante más de 15 días de ansiedad. Unos estarán felices por haber conseguido el que consideran el mejor colegio, otros se conformarán con lo que les ha tocado y unos pocos, minoría por suerte, estarán muy disgustados por el resultado.
Para estos últimos, nuestra comprensión y pensad que, por un lado se puede volver a intentar en los próximos años, y por otro, muchas veces las apariencias engañan, y dentro de unos barracones puede haber un profesorado magnífico y una dirección que sabe gestionar el centro pensando en los alumnos. Dadle una oportunidad porque no siempre el león es tan fiero como lo pintan y hay muchos casos de padres que han cambiado de opinión tras los primeros meses. En cualquier caso, sabed que os entendemos.
Foto | Fotos GOBVA