Alergias y tipos de picaduras de insectos
Ya os hemos contado, en otras ocasiones, que las picaduras de los insectos suelen quedarse en una mera anécdota primaveral o veraniega, unido a un considerable berrinche de nuestro pequeño. Pero puede pasar que nuestro bebé sea alérgico a algún tipo de insecto y, por eso, puede presentar algún síntoma mucho más preocupante. Debemos tener en cuenta estas señales:
- Dificultad para respirar.
- Nauseas o vómitos.
- Hinchazón extrema. Hay que vigilar si está cerca de los ojos, los genitales o los labios.
- Taquicardia
- Picor muy intenso en todo el cuerpo.
Ante estos síntomas hay que acudir al pediatra de inmediato. Seguramente nos enviará al alergólogo que realizará un examen minucioso para saber de que tipo es su alergia y será vacunado.
Cada insecto tiene características muy particulares, así como tratamientos distintos. Ahora veremos algunos de los más comunes y de cómo aliviar su molesta picadura.
- Mosquito. No deben ocasionar problemas más allá del picor y un poco de hinchazón. Debemos lavar bien la zona con jabón y aplicar una crema que calme el picor. Los insecticidas y repelentes les ahuyentan.
- Avispas y abejas. La picadura suele ser especialmente dolorosa. Se forma un habón rojo, muy inflamado que hay que tratar lavándolo con jabón para desinfectar y aplicando agua fría. Hay que fijarse si, el aguijón sigue clavado y extraerlo con unas pinzas. Si el niño es alérgico puede causar consecuencias más graves.
- Hormigas. Notaremos la piel enrojecida, un leve picor o una molestia ligera, esto es debido al ácido fórmico que desprenden. Debemos lavar la zona y aplicar una pomada calmante o frío local. Cuidado porque algunos niños pueden ser alérgicos a este ácido. Para eliminarlas, lo mejor es la fumigación.
- Arañas. El tipo de picadura son dos puntitos rojos muy dolorosos que luego se convierten en ampollas, se vuelven oscuras y se caen. Para tratarlas basta con desinfectar, a no ser que el dolor sea intenso que tendríamos que acudir al pediatra.
- Orugas. Ellas no hacen nada por sí mismas pero, cuando intentas cogerlas, su forma de defensa es soltar pelos. Esto acaba convirtiéndose en una urticaria bastante molesta con habones rojos y que, también, puede causar conjuntivitis. Para tratarlo debemos quitar esos pelos adheridos a la piel, con esparadrapo o cinta adhesiva, lavar muy bien la zona y aplicar corticoides en crema. Si el niño es alérgico puede tener consecuencias bastante graves.
Vía | Ser Padres