Ale, me quedo sin salmón
Entre otras cosas…. Ya comenté en el post anterior, que este año las Navidades iban a ser diferentes y también una de las razones era la alimentación al estar embarazada. Ni salmón ahumado, ni serranito, ni choricito, ni salchichón, ni lomo, … un disgusto vaya.
Además, no podemos abusar de los dulces, aunque caer en la tentación es bastante fácil porque entre turrones, polvorones, mazapanes y demás delicias, quién se puede resistir. Bueno, vamos a tomar las cosas con calma, que no cunda el pánico.
Mejor pienso en lo que puedo tomar, que es mucho, aunque claro, con cuidado y sin excesos. Todo aquello que esté bien cocinado y asado y que no tenga mucha grasa es ideal para nuestra alimentación La comida al horno o a la plancha tiene menos calorías que por ejemplo la frita y rebozada.
A todo esto, tenéis que pensar en qué momento os encontráis, si estáis un poco nauseabundas, comed lo que os apetezca, pero sin atracones – aunque no creo que esta sea vuestra principal debilidad. Lo mejor en estos casos es comer poco y a menudo.
Si, como es mi caso, no tenéis náuseas, pero sí estáis con acidez, entonces evitad todo aquello que pueda dar acidez – lo picante, por ejemplo, no es recomendable – y sí la ingesta de fruta y verdura (que por cierto, a mí me sientan como mano de santo).
Un dulce de vez en cuando nos podremos permitir…siempre podemos decir que es un antojo. Bueno, a menos que tengas diabetes gestacional o te hayas pasado un “mucho” en los kilos a engordar… en ese caso, mucho ánimo.
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