8 razones por las que el teléfono móvil nunca es un juguete

Un teléfono móvil nunca debería utilizarse como si fuese un juguete. En ocasiones, este elemento se convierte en el regalo de Comunión, cumpleaños o Navidad de niños y niñas. A continuación, explicamos por qué este elemento no tiene la naturaleza de un juguete infantil o un objeto de entretenimiento.

1. El móvil puede generar adicción y dependencia

Es uno de los principales motivos por los que, incluso los padres, deben limitar el tiempo de uso de este dispositivo y otras pantallas. De lo contrario, la tecnología invade en exceso la vida personal. Desde la perspectiva de la dependencia, la desconexión se convierte en una auténtica amenaza.

2. Una distracción que roba protagonismo a otras opciones de entretenimiento

El teléfono móvil y las pantallas tienen un enorme poder para distraer a los niños mientras estos adoptan un rol pasivo en muchas ocasiones. Sin embargo, hay otras formas de entretenimiento más creativas y constructivas para niños de hasta 10 años. Por ejemplo, los juegos de mesa o las actividades al aire libre.

3. El peligro del ciberacoso

Un teléfono móvil abre puertas que van más allá de la posibilidad de estar en contacto con otros seres queridos y amigos. Y son esas puertas las que se convierten en una posible amenaza en la infancia y la adolescencia. Uno de los riesgos actuales es el ciberacoso que extiende el daño hacia la víctima a través del contexto online.

4. El teléfono móvil es una necesidad práctica

Mientras que el juego que gira alrededor de propuestas constructivas y educativas es un fin en sí mismo, el teléfono móvil, por el contrario, es un medio. Es decir, es un elemento que tiene una función práctica e instrumental (que adquiere un sentido pleno cuando se alinea con una necesidad).

5. Pérdida de intimidad o privacidad

A través de un uso consciente y responsable del teléfono móvil es posible estar en contacto con amigos y seres queridos. Pero la comunicación también puede poner en riesgo al propio niño cuando comparte información sin saberlo con personas desconocidas.

6. Riesgo de que interfiera en momentos importantes en la vida familiar

Por ejemplo, el teléfono móvil se convierte en una distracción habitual en comidas y cenas familiares en las que, por el contrario, es recomendable poner atención en el valor del encuentro, en los alimentos y en el presente.

7. Los expertos recomiendan retrasar la edad del primer teléfono móvil hasta los 15 o 16 años

Las voces que apuntan a la importancia de no regalar un teléfono móvil al niño ya no se limitan al conocimiento especializado aportado por profesionales expertos en la materia, sino también por padres y madres que quieren impulsar un cambio en la sociedad.

8. Rompe con los límites de la presencia y lo observable

El teléfono móvil crea un nuevo contexto puesto que amplía los límites de la presencia y lo visible a simple vista. Es decir, incluso cuando el niño se encuentra muy cerca de sus padres, puede estar expuesto a situaciones de riesgo si no existe una supervisión al respecto.

El teléfono móvil nunca es un juguete porque, de hecho, produce efectos negativos cuando se utiliza como si lo fuese.

Juguetes y juegos #Regalos #teléfono