8 consejos esenciales para alimentar la inteligencia de tu hijo

La vida cotidiana, más allá del ámbito educativo, ofrece numerosas oportunidades de aprendizaje. ¿Cómo alimentar la inteligencia de tu hijo a través de propuestas muy sencillas? En El Blog Infantil compartimos ocho recomendaciones.

1. Incorporar novedades en la rutina

El mantenimiento de una rutina aporta estabilidad, perspectiva, pertenencia, bienestar y protección. Pero el seguimiento de un esquema similar en la organización del tiempo no implica que todos los aspectos deban repetirse de forma lineal. Es decir, el factor sorpresa y la novedad, además de actualizar la rutina, alimentan la inteligencia de los niños. Despiertan su atención, su interés y su concentración.

2. Valora su potencial sin compararle con nadie más

El desarrollo de la inteligencia y de las capacidades personales muestra la evolución que el niño experimenta durante su infancia. Observa su potencial, más allá de los límites o dificultades que afronta en la vida cotidiana. Alimenta su autoestima, su autoconcepto y su autoconfianza con mensajes positivos y caricias emocionales.

3. El contacto con la naturaleza nutre la inteligencia de los niños

Los planes al aire libre, los juegos en el parque y las actividades desarrolladas en espacios naturales potencian el movimiento, la observación y el bienestar emocional. El contacto con zonas verdes resulta muy nutritivo en cualquier lugar, pero es una auténtica necesidad en el estilo de vida urbano. Es decir, es esencial para los niños que viven en las ciudades.

4. Descubrir aficiones para fortalecer el talento

El desarrollo de una actividad que conecta con los intereses del niño potencia el desarrollo de habilidades personales. Es positivo que experimente con diferentes propuestas. De este modo, puede descubrir qué actividades le gustan más. Un hobby unifica dos factores muy valiosos: el aprendizaje y la diversión.

5. Desarrollo de habilidades sociales

Aquellas experiencias que potencian el encuentro con otros niños y familiares alimentan las habilidades sociales, la comunicación y la expresión corporal. Además, el aprendizaje se enriquece en aquellos espacios en los que surgen conexiones significativas.

6. Espacios de comunicación en casa

La palabra es un alimento del corazón y la inteligencia. Con frecuencia, se presupone la presencia abundante de este ingrediente en la vida familiar. Sin embargo, la palabra también puede debilitarse cuando no existen límites en el uso de la tecnología o la incomunicación de pareja afecta a la relación con los hijos. La palabra alimenta la inteligencia por su conexión con la creatividad, la inspiración, la ampliación del vocabulario, la curiosidad o el desarrollo de la autoestima.

7. Elogia el esfuerzo, la constancia y la perseverancia en tu hijo

Más allá de las capacidades, fortalezas y habilidades en las que tu hijo destaca, pon en valor, principalmente, el esfuerzo, la constancia y la superación. La inteligencia también se cultiva y se enriquece por medio de la experiencia práctica.

8. Regálale experiencias culturales

Los planes culturales que se desarrollan durante la infancia educan la sensibilidad infantil. Por ello, la lectura, la música, el teatro, el cine, la danza o el arte son experiencias que puede descubrir de manera gradual durante su crecimiento. Inspírate en la formación humanista que potencia el desarrollo integral de niños y niñas.

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