6 razones para no obligar a los niños a leer en verano

Existen diferentes propuestas de animación a la lectura que muestran el entretenimiento que es inherente al encuentro con los libros. Sin embargo, la obligación no resulta estimulante para los adultos, ni para los niños. Lo que se percibe como un imperativo, no se desvela con la misma curiosidad que otras experiencias de ocio. En El Blog Infantil compartimos seis razones para no obligar a los niños a leer en verano.

1. La obligación pone el foco en la cantidad

La experiencia de la lectura va más allá de una perspectiva cuantitativa. Sin embargo, el número de páginas o los minutos adquieren una especial relevancia en la estrategia utilizada cuando el objetivo de leer se aborda como si fuese una obligación.

2. El modo de desvelar las primeras lecturas puede condicionar el hábito posterior

Se forman nuevos lectores en todas las edades. Sin embargo, las primeras lecturas adquieren una relevancia especial como base de un descubrimiento que puede seguir cultivándose en otras etapas de la vida. Cuando el peso de la obligación irrumpe con fuerza en las lecturas estivales, el proceso resulta más monótono.

3. Cada experiencia de lectura es diferente

Es importante no obligar a los niños a leer en verano porque cada experiencia de descubrimiento es diferente en la práctica. Cuando el enfoque parte desde la obligación parece que existe cierta urgencia o impaciencia para que el lector consiga determinados objetivos que, por supuesto, puede lograr en un contexto distinto y con un ritmo diferente.

4. Cuidado con los mensajes contradictorios o incoherentes

Padres y madres envían un mensaje contradictorio o incoherente a sus hijos cuando fomentan la animación a la lectura desde la obligación y, sin embargo, ellos mismos no cultivan el placer de leer durante el verano. Es decir, encuentran tiempo para otros objetivos y prioridades, pero sus hijos no perciben en ellos el ejemplo de unos mediadores de lectura.

5. La lectura recreativa se aleja del enfoque de la obligación

Los niños tienden a vincular la obligación en la lectura con las tareas y deberes que realizan en el ámbito académico. Por ello, es recomendable no adoptar esta perspectiva en aquellas lecturas estivales que, por otra parte, tienen un componente recreativo.

6. El peso de la obligación no conecta con la verdadera esencia de la lectura

Como padre o madre puedes valorar todos los beneficios que la lectura recreativa produce en tu hijo. Es una fuente de libertad interior, desarrollo personal, creatividad, imaginación, comprensión y descubrimiento. Cuando la obligación se convierte en el enfoque adoptado para fomentar la animación a la lectura, no alimenta ninguno de los ingredientes mencionados. De hecho, puede crear el efecto opuesto.

La lecturas estivales sí pueden ser muy positivas para los niños. Pero existen diferentes estrategias y caminos para fomentar la motivación en el proceso de creación del hábito lector. Y la obligación no resulta estimulante para casi nadie, especialmente, durante las vacaciones.

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