6 razones para ir con los niños al supermercado y a la frutería
Existen algunas rutinas familiares que pueden integrarse en la agenda estival o en cualquier otro momento del año. Ir al supermercado y a la frutería son experiencias positivas que aportan grandes lecciones a los niños sobre nutrición, consumo responsable, autocuidado y ahorro. En El Blog Infantil compartimos cinco buenas razones para ir con los niños al supermercado y a la frutería (aunque sea de vez en cuando).
1. Planificación: la lista de la compra es clave
La visita al supermercado o a la frutería se alinea con un objetivo saludable. Sin embargo, para cumplir con la meta prevista al llegar al establecimiento es aconsejable elaborar una lista. Los datos que contiene son una referencia clave para completar un proceso de compra que tiene en cuenta el presupuesto, el estilo de vida y las necesidades nutricionales.
2. Colaboración familiar
La cesta de la compra potencia el bienestar y el bien común. Es una tarea en la que todos los miembros de la familia pueden colaborar a través de momentos compartidos. Visitar el supermercado o la frutería en compañía de los niños, aunque sea de vez en cuando, proporciona un recuerdo que puede ser positivo (siempre que se cuenta con el margen de tiempo necesario para ello).
3. Establecimiento de límites
El supermercado o la frutería destacan por su extensa oferta de alimentos. Es decir, hay muchas propuestas que pueden llamar la atención de los niños. Tal vez sea más cómodo no acudir con ellos al supermercado para evitar la frustración que pueden experimentar cuando desean algo y reciben un «no» por respuesta. Sin embargo, la visita al supermercado, al igual que sucede con otras experiencias, es clave para establecer límites de compra que guían y educan (aunque puedan resultar incómodos a corto plazo).
4. La experiencia puede transformarse en un juego
A través de la visita al supermercado y a la frutería, los niños descubren el trabajo de los profesionales que trabajan en el sector. Conocen la calidad del comercio de proximidad como motor de la vida en los barrios. Experimentan el proceso de compra y las características que componen la venta. El juego simbólico también puede tomar como referencia esta materia. Es decir, padres y madres pueden jugar con sus hijos a las tiendas cuando llegan a casa.
5. Un aprendizaje multidisciplinar
La visita al supermercado y a la frutería aporta una perspectiva multidisciplinar a los niños que tienen la oportunidad de descubrir diferentes tipos de alimentos. Practican la lectura a través de los diferentes carteles y medios informativos que se integran en el lugar. Además de las letras, los números también están muy presentes en los precios y promociones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional y social, el supermercado y la frutería también se convierten en un lugar de convivencia y encuentro para los vecinos del barrio.
6. Crear un momento especial en torno a una rutina sencilla
Actualmente, estamos inmersos en el periodo de vacaciones. Un momento en el que suele haber más tiempo para programar planes especiales. Sin embargo, la verdadera felicidad en el ámbito familiar está muy ligada al mantenimiento de hábitos saludables y rutinas tan sencillas como hacer recados, organizar la despensa o cocinar en casa.
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