6 razones para evitar el exceso de normas y límites en casa
Educar a los niños en un contexto afectivo que integra el valor de límites y normas positivas, que favorecen el desarrollo y el bienestar, sí es positivo. Sin embargo, es posible caer en el lado opuesto de la balanza a través de un exceso de reglas que no muestra una medida que se alinea con el equilibrio, la proporción y el sentido práctico. ¿Por qué es recomendable no aplicar un exceso de normas y límites en hogares con niños?
1. Es probable que algunas normas entren en contradicción
Cuando el número de principios aumenta, es muy posible que algunos puntos entren en contradicción, sean difíciles de aplicar en el mismo escenario o no resulten coherentes cuando se integran en el mismo ámbito.
2. Demasiadas normas tienden al control absoluto
Una norma tiene una finalidad positiva cuando su aplicación es constructiva para el niño y la familia. ¿Pero qué ocurre cuando la expectativa en torno al número de principios es muy elevada? El enfoque del estilo educativo muestra una filosofía que se alinea con la búsqueda del control. Por el contrario, es muy importante potenciar la libertad.
3. La improvisación también es importante
Atender constantemente al sentido de la norma puede limitar una capacidad tan relevante como el poder de improvisación que es clave en padres y madres. Y es que, las normas y límites actúan como una herramienta de ayuda. Aportan unas pautas claras para actuar de determinada manera con los niños. ¿Pero dónde queda la creatividad y el poder de improvisar si siempre predomina la aplicación de la norma?
4. Cualquier exceso se aleja de la proporción y el equilibrio
Los excesos pueden manifestarse en numerosas acciones y decisiones. La sobreprotección es un ejemplo recurrente que, por otra parte, también suele relacionarse con el tema analizado en el artículo. Los niños necesitan pautas e indicaciones claras, concretas y específicas. El exceso produce confusión y se aleja del criterio de la proporción y el equilibrio.
5. Las expectativas poco realistas producen frustración
Establecer un exceso de normas en casa, con la expectativa de que su cumplimiento sea sencillo para los niños, supone cargar con el peso de la frustración por un objetivo que es inviable en la convivencia.
6. Educar de manera consciente
Existen diferentes maneras de actuar de forma automática ante la urgencia y la rapidez del día a día. Establecer una norma en el hogar implica profundizar en las razones por las que se adopta ese principio y no otro, el sentido que adquiere en el proyecto de vida familiar, el impacto que produce en el desarrollo infantil, la forma en la que el entorno va a facilitar el cumplimiento de esa regla… Por tanto, la aplicación de una norma que se plantea de forma consciente se aleja del autoritarismo que se basa en un enfoque educativo que está muy fijado a la norma y al punto de vista de quien afirma «porque lo digo yo».
En definitiva, sí es positivo que los niños se relacionen con normas y límites desde temprana edad. Sin embargo, hay que encontrar la medida para no caer en exceso.
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