6 razones para contar historias familiares a los niños

El valor de la animación a la lectura no pasa desapercibido en la teoría para la mayoría de las familias. Las historias, en papel o narradas en voz alta, alimentan la imaginación de los niños, enriquecen la felicidad y aportan compañía. Existe una fuente de inspiración que puede convertirse en el hilo conductor de esos grandes relatos que dejan una huella en el corazón de un ser humano. Son historias que escucha una y otra vez a lo largo de su niñez. Dan voz a anécdotas que están protagonizadas por padres, abuelos, tíos y otros antepasados. En Uno más en la Familia compartimos seis razones para contar historias familiares a los niños:

1. Un legado que perdura

Algunos de los vínculos que forman parte de un sistema familiar están acompañados por una distancia generacional. El paso del tiempo se refleja en acontecimientos que se integran en el propio árbol genealógico. Más allá de la muerte de una persona cercana, perdura la esencia de los recuerdos. En ocasiones, el contenido de esos recuerdos se enriquece con la belleza de historias inolvidables.

2. Potenciar la unión y el sentimiento de pertenencia

Incluso cuando el niño no es un protagonista directo de una historia, se integra en la realidad del relato como destinatario de una información que se enmarca en el sistema familiar. Esas historias aportan un universo de seguridad: tienen un principio, un desarrollo y un desenlace. Por tanto, los adultos reviven y recrean a través del recuerdo los detalles de un contenido que permanece en el corazón. Esas historias son valiosas, por ello, se comparten con una nueva generación.

3. Aprendizaje

En las historias familiares hay mucho más que un relato cotidiano que está protagonizado por seres queridos. La distancia generacional también pone el acento en las costumbres, el estilo de vida y las curiosidades de un contexto determinado. Por este motivo, la sabiduría de los mayores enriquece la visión de los más jóvenes. De este modo, los niños aprenden constantemente cuando hacen preguntas a sus padres y abuelos.

4. Alimentar el vínculo con personas especiales que no conocieron al niño

Las historias familiares pueden dar voz a antepasados que el niño no tendrá la posibilidad de conocer de manera directa. Pero sí puede sentir la influencia de esas personas a través del testimonio de otros familiares muy queridos. Son relatos que traen el pasado al contexto presente.

5. Transmitir el aprendizaje adquirido por medio de la experiencia

Las historias familiares se alinean con la esencia de la vivencia. Transmiten fuerza y verdad cuando se comparten. Contienen lecciones, aprendizaje y sabiduría vital. La narración no solo alimenta la creatividad, la adquisición de nuevas palabras, el desarrollo de habilidades sociales o el fortalecimiento de la autoestima infantil. Las historias familiares transmiten ejemplos que inspiran numerosas lecciones.

6. Dar amor a través de regalos emocionales

Las historias familiares son un regalo que tiene un valor afectivo para quien comunica la información y para quien la recibe. La narración evoca emociones y sentimientos que fortalecen el vínculo afectivo por medio del valor de la confianza.

La obra de teatro Conservando memoria, una propuesta de la compañía El Patio Teatro, muestra el componente humano del árbol genealógico. La obra toca de forma especial el corazón del público adulto que viaja en el tiempo a través de una representación en la que los propios objetos cobran vida. Es una propuesta de ocio cultural que puede interesarte si quieres profundizar en torno al valor de las grandes historias que los abuelos comparten con sus nietos.

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