6 errores frecuentes cuando los padres se enfadan con sus hijos

El enfado es una vivencia saludable y humana. Sin embargo, el verdadero desafío reside en gestionarlo de forma consciente. Por ello, la inteligencia emocional es un aprendizaje permanente. ¿Qué errores cometen con frecuencia los padres cuando se enfadan con sus hijos?

1. Enmascarar el motivo del enfado: descargar las frustraciones en la persona equivocada

Tal vez en alguna ocasión has llegado a casa desbordado por un mal día de trabajo y has respondido de forma poco asertiva ante una situación familiar que no te ha generado un verdadero malestar interno. Simplemente, se ha producido el efecto de la acumulación y el vaso se ha desbordado por completo.

2. Retirar las muestras de cariño en una situación de enfado

Cuando estás enfadado con otra persona tienes derecho a tomarte tu propio espacio para recuperarte a nivel interno. Sin embargo, no es buena idea que la causa del distanciamiento con tu hijo derive en la indiferencia (ni siquiera durante un breve periodo de tiempo). Es decir, no conviertas el silencio o la frialdad en una forma de castigo.

3. No expresar el motivo del enfado

Es habitual presuponer que el otro tiene la capacidad de darse cuenta de cuál ha sido la razón que ha generado el disgusto. Los silencios y los errores de interpretación producen mucho sufrimiento porque no permiten clarificar qué ha ocurrido. Sencillamente, cada uno vive un suceso desde su perspectiva. Quizá tú te fijes en un aspecto mientras que tu hijo conecta con otros factores de la realidad.

4. Hacer como si no hubiese ocurrido nada

Hay distintas maneras de gestionar un enfado. Aquellos padres y madres que se sienten muy poco familiarizados ante el conflicto, pueden llegar a hacer todo lo posible para evitarlo. Y hacen como si no hubiese ocurrido nada aunque a nivel interno sí estén experimentando algún tipo de emoción desagradable.

5. No pedir perdón por los errores cometidos durante el enfado

Tienes derecho a enfadarte y a sentirte vulnerable. Aunque el enfado en sí mismo no justifica una respuesta emocional descontrolada en la que es posible decir palabras que hieren al niño (y a ti mismo cuando te arrepientes). En ese caso, es un error no pedir perdón, aunque en un primer momento el motivo del enfado sí fuese lógico desde tu perspectiva.

6. Enfados interminables y eternos

El ser humano parece muy enfocado en la productividad y en el aprovechamiento del tiempo en la sociedad actual. Y, sin embargo, hay muchos ladrones de energía que, con frecuencia, no dependen de factores del entorno sino de uno mismo. Los enfados que se vuelven interminables y eternos son un ejemplo de ello. Quitan un valioso tiempo de felicidad, armonía y bienestar. Pueden impactar en tu hijo pero, principalmente, te afectan a ti mismo.

Hay muchos errores que cualquier ser humano puede cometer cuando se enfada con su hijo, con su pareja o con un amigo. En el caso concreto de la paternidad o la maternidad, es recomendable reflexionar sobre aquellos patrones repetidos que impactan de manera negativa en el vínculo afectivo.

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