6 beneficios de la educación emocional en casa y en el colegio

La educación emocional es esencial en casa y en el colegio como fuente de valores, refuerzo de la autoestima, orientación práctica y desarrollo integral. Es un enfoque que, en la actualidad, está más presente en el ámbito académico. Sin embargo, los frutos más valiosos son aquellos que se producen cuando la inteligencia emocional y social están presentes en la escuela y en casa. ¿Qué beneficios aportan la colaboración y la comunicación que centros y familias mantienen en este plano?

1. Autoconocimiento

En la escuela o en la vida académica, el niño percibe y vivencia la realidad desde su perspectiva. Y las emociones influyen directamente en su punto de vista. Por ello, la educación emocional alimenta la introspección y el descubrimiento personal en dos de los escenarios más relevantes de la rutina infantil.

2. Asertividad

La expresión emocional también se traslada al plano del lenguaje por medio de la comunicación y el diálogo. El modo de transmitir una información no solo puede influir positiva o negativamente en uno msimo, sino también en el interlocutor que escucha el mensaje. La asertividad alimenta el bienestar en ambas direcciones.

3. Mejorar las relaciones personales

La educación emocional enriquece los vínculos de compañerismo en la escuela y los lazos familiares en el hogar a través de la empatía, la colaboración, el respeto, la escucha, la sinceridad, la paciencia… Ingredientes que, incluso cuando se aprenden desde la infancia, necesitan ejercitarse constantemente para desarrollarse de forma plena en la existencia.

4. Coherencia

El valor de la coherencia es uno de los más importantes en la inteligencia emocional y, también, es uno de los más difíciles de alcanzar. Cuando la educación emocional está presente en la escuela y en el colegio, los niños reciben un mensaje unificado a través de figuras que son un referente en su vida diaria. Es decir, perciben diferentes modelos que se convierten en un ejemplo a seguir.

5. Desarrollo integral

La educación emocional pone el acento en el desarrollo potencial del niño como un ser libre, sensible, creativo, único, valioso y resiliente. Es decir, fomenta su crecimiento integral en diferentes facetas: amigos, alumno, hijo…

6. Cultivar la visión del bien común

La vida en sociedad se materializa en experiencias concretas como la pertenencia a una familia o la rutina académica. La educación afectiva alimenta la introspección y el autoconocimiento como medios para identificar y expresar emociones de forma asertiva. Pero los frutos de la inteligencia emocional no se reducen, únicamente, a la esfera individual del sujeto, sino que fortalecen las bases del bien común. Y el niño toma conciencia de cómo puede colaborar él para crear armonía en la convivencia con el entorno.

Por tanto, la educación emocional es importante en la escuela, en la familia y en la sociedad. Por ello, sus frutos se fortalecen cuando los cimientos de este enfoque se nutren con la colaboración continua entre los profesionales de la educación y los padres. La educación emocional es clave en casa y en la escuela. Ahora que llega el verano, puede ser un momento adecuado para reforzar los valores, la empatía y la comunicación en la convivencia familiar.

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