5 síntomas del síndrome del príncipe destronado
Tras la publicación del artículo cómo prevenir los celos del hermano mayor hacia el bebé, en este nuevo post de Uno más en la familia describimos más concretamente cuáles son los signos que pueden identificar estos celos para indicar estas señales en su fase inicial. El síndrome del príncipe destronado describe la sensación de sentirse desplazado que experimenta un niño cuando siente celos hacia su hermano menor.
La familia es un sistema que evoluciona no solo con el crecimiento de sus protagonistas, sino también con los cambios que se producen en ese sistema. Por ejemplo, ante la llegada de un nuevo miembro a la familia, cada uno de los integrantes inicia un nuevo vínculo con el nuevo ser. Un nuevo ser que, a su vez, forma parte del bien común. Los celos no solo pueden mostrarse a través de la relación del niño con los padres sino también con su hermano. Por ejemplo, puede interrumpirte frecuentemente cuando estés atendiendo al bebé o puede despertar al niño cuando está descansando. ¿Cuáles son los síntomas que puede mostrar el niño ante el síndrome del príncipe destronado?
1. Desobediencia
El niño puede mostrar una respuesta de desobediencia que muestra un cambio observable respecto al comportamiento habitual manifestado en la etapa previa. Sin embargo, cada niño es totalmente único. Por ello, los celos no pueden mostrarse únicamente a través de esta respuesta que es más probable cuando el niño tiene más de dos años. Como padre o madre conoces muy bien a tu hijo por medio del tiempo compartido en común.
Cuando a veces te anticipas a la posible preocupación de que el hermano mayor tenga celos del bebé te predispones de un modo que anticipa un hecho futuro porque esta circunstancia puede darse o no producirse nunca. Intenta no condicionarte con creencias previas y observa si se producen posibles cambios en el comportamiento del niño en este nuevo contexto familiar en el que parece mostrarse más irascible (en caso de que así sea).
Su resistencia ante una indicación y las posibles protestas del niño también forman parte de este proceso de adaptación al cambio como fase necesaria para la aceptación de la nueva realidad.
2. Regreso a una etapa anterior
La llegada de un hermanito al hogar supone un cambio muy importante para el hermano mayor que también puede mostrar algún cambio en su evolución al adoptar un comportamiento menos autónomo del que había alcanzado en el presente. Este cambio puede observarse a través de gestos sencillos que demandan una mayor atención y compañía por parte de los padres. Por ejemplo, el niño vuelve a demandar el chupete, a pesar de que ya había perdido la costumbre de utilizarlo.
En relación con este momento de cambio, este no es un buen momento para iniciar un proceso que sume un nuevo objetivo al niño. Por ejemplo, dejar el pañal. Este regreso a una etapa anterior también puede darse en el plano del lenguaje.
3. Cambios en el sueño y la alimentación
Aunque cuando llegue un nuevo miembro a la familia los padres intenten que la rutina del niño mayor siga siendo la misma el niño puede mostrar síntomas de cambio en el plano de la alimentación a través de la alteración del apetito o tener dificultades durante el descanso en forma de pesadillas.
La alimentación y el descanso son necesidades básicas del ser humano. Los adultos también podemos notar cómo experimentamos cambios en este plano a partir de situaciones de cambio marcadas por el estrés o las preocupaciones. Este hecho muestra la manifestación somática de un malestar.
4. Llamadas de atención
Por ejemplo, padres y madres pueden concluir este deseo de llamar la atención ante un patrón de comportamiento repetido. Sin embargo, como indica su propio nombre, una llamada de atención está queriendo indicar algo. En este caso, puede ser la manifestación de un síntoma de celos del niño mayor hacia el bebé. Además, conviene trascender al lenguaje habitual de esta expresión para comprender que detrás de este comportamiento el niño está mostrando un deseo.
Por ejemplo, recibir más tiempo y atención por parte de sus padres que son su figura de referencia. El niño está mostrando una necesidad que puede tener un significado específico en este nuevo contexto en el que tal vez eche de menos pasar más tiempo contigo.
5. Tristeza
En este proceso de adaptación, el niño también puede mostrar otros gestos en la vida familiar. Por ejemplo, pasa más tiempo jugando solo, se relaciona menos con otros niños de la familia en las reuniones con los demás. La expresión de tristeza manifestada a través de síntomas como el llanto frecuente también puede expresar este estado de ánimo. Los celos pueden vivirse en distintas etapas de la vida pero pueden ser más frecuentes cuando el niño tiene en torno a 2 y 4 años de edad en el momento de nacer su nuevo hermano. La tristeza en este caso puede estar relacionada con la añoranza que tiene el niño de algunos factores de un tiempo previo en la familia.
Por tanto, el síndrome del príncipe destronado expresa la experiencia de celos que siente el hermano mayor cuando llega el hermano menor ya que es en esta fase inicial cuando es más probable que se produzca esta emoción. Identificar los síntomas y las señales de este estado de ánimo es positivo para poder acompañar al niño en este periodo desde la empatía. En este artículo hemos enumerado cinco puntos a tener en cuenta. ¿Qué otros signos te gustaría añadir a este post con tu comentario?
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