5 consejos para responder a las preguntas de tu hijo
Las preguntas de los niños muestran la perspectiva que adquiere la realidad cuando se percibe desde la curiosidad más absoluta. Esa curiosidad, por otra parte, puede chocar con la mirada del adulto que ya está acostumbrado y familiarizado con el entorno. Sin embargo, los interrogantes de tu hijo también pueden ayudarte a desarrollar un enfoque diferente.
Su entusiasmo es contagioso. Por tanto, más allá de toda la experiencia acumulada, tu niño interior también se alimenta con esas preguntas que, en ocasiones, no parecen tener una respuesta sencilla. ¿Cómo contestar a las preguntas de los niños? En Uno más en la Familia te proponemos cinco consejos.
1. Escucha con atención y observa sus gestos
La escucha forma parte de la respuesta que adoptas en el diálogo. Por ello, el contacto visual y la cercanía transmiten información positiva. Intenta simplificar la respuesta para que sea breve. Es decir, no des rodeos porque es recomendable adaptar la explicación a la edad del peque. Esta etapa se intensifica a partir de los 3 años.
2. La intención es importante: cuida la conexión
La respuesta a una pregunta también puede estar condicionada por el momento. No siempre se produce en el contexto más adecuado para poner atención en una explicación. Sin embargo, conviene recordar que la intención es lo más importante, es decir, la conexión y la presencia.
3. Buscar recursos para clarificar la información
Escucha las preguntas de tu hijo para conocerle mejor. Y utiliza sus interrogantes para profundizar en la búsqueda de recursos que puedan proporcionarle información de interés sobre el tema.
Por ejemplo, muchos libros infantiles responden a preguntas que fomentan el descubrimiento del mundo y la comprensión de la rutina. Por ello, podéis ir juntos a la biblioteca o a la librería para elegir un cuento.
4. Sé comprensivo contigo
Contestar con paciencia a las preguntas de un hijo, cuando estas comienzan a iniciar una línea aparentemente interminable, no siempre es un proceso sencillo. A veces, la paciencia se agota o la respuesta no es las más clara posible. Pues bien, sé comprensivo contigo.
Poner atención en comunicarte con él no significa que sea esencial contestar con puntualidad a cada uno de sus interrogantes. Recuerda que habrá tiempo para que esas cuestiones vuelvan a surgir o es posible retomarlas en otro momento más tranquilo.
5. Reflexiona un poco más tu respuesta
Las preguntas de los niños, como hemos comentado, ofrecen la ocasión ideal para repensar aspectos de la realidad que parecen muy evidentes para el adulto. Sin embargo, si te detienes en sus palabras es probable que percibas algún matiz diferente. Convierte su pregunta en una oportunidad para ampliar tu mirada. Una respuesta no solo puede poner el acento en la explicación, sino también en el acompañamiento emocional. De hecho, la propia pregunta muestra el deseo del niño de ser atendido en su demanda.
Responder a las preguntas de los niños es un aprendizaje en sí mismo. Y en ese aprendizaje no puede faltar la empatía, la asertividad, el sentido del humor, la curiosidad, el amor y el respeto.
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