5 consejos para redescubrir las bibliotecas en otoño
El otoño viene acompañado por las nuevas sensaciones que están más relacionadas con los espacios interiores. Las bibliotecas se convierten en un cálido refugio en tardes de frío y lluvia. Por ello, a pesar de que sus instalaciones permanecen abiertas en horario de mañana durante el verano, muchas familias vuelven a conectar con el hábito de visitar la sala infantil a partir del mes de septiembre.
A pesar de que el entorno resulte conocido, siempre presenta matices diferentes. Por ello, el otoño es una oportunidad para redescubrirlo.
1. Establecer una rutina semanal de visita
No existe un dato específico que determine el nivel de frecuencia deseado en la asistencia al centro. Sin embargo, concretar una visita semanal es una posible opción. Aunque el ritmo debe adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada hogar.
2. Consulta la programación mensual o trimestral
Con el comienzo del otoño también se intensifica la agenda cultural programada en las bibliotecas infantiles. Por ello, conviene poner una atención especial en la oferta prevista para las próximas semanas. De este modo, es posible anticipar planes de interés que, además, suelen tener un coste gratuito.
3. Experiencia online y presencial
La biblioteca alimenta el amor por la lectura a través de experiencias y vivencias. El entorno está perfectamente preparado para que el lector interactúe con los materiales que le rodea. Por ello, el otoño invita a redescubrir los cambios observados en la organización de algunos de los muebles de la estancia.
Por ejemplo, la sección de novedades muestra la lista de obras que se han sumado recientemente al catálogo. La visita presencial también puede complementarse con el descubrimiento online del espacio a través de su página web o redes sociales.
4. Educar en valores a través de la visita a la biblioteca
La lectura es el tema principal de una biblioteca. Sin embargo, el entorno educa en valores desde el punto de vista integral. Fomenta la igualdad de oportunidades y la accesibilidad a los recursos culturales. Las familias se implican en el cuidado y uso responsable de los materiales que toman en préstamo.
5. Leer en la biblioteca
Es habitual que las familias seleccionen libros infantiles para llevar a casa durante el periodo de préstamo. Pero la propia lectura en las instalaciones de la sala infantil es clave para conocer mejor el entorno. El niño tiene a su alcance un extenso catálogo. Por tanto, puede revisar libros, ver diferentes portadas e interactuar con las obras. La biblioteca también es un espacio de juego y de encuentro con los demás. En definitiva, es posible disfrutar de un paseo por sus estanterías para encontrar publicaciones que han pasado desapercibidas a pesar de estar allí desde hace tiempo.
El nivel de asistencia a las bibliotecas se reduce durante el verano. Sin embargo, el otoño ofrece la oportunidad de volver a redescubrir sus servicios y las oportunidades que ofrecen sus instalaciones. Es una experiencia que no solo pone el acento en la lectura, sino también en las sensaciones: la calidez del entorno se convierte en el mejor refugio literario.
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