5 consejos para alimentar la amistad entre primos en la infancia

La experiencia de la amistad puede enmarcarse en el ámbito de la familia extensa. El vínculo entre primos es muy especial. Pero eso no significa que el vínculo por sí mismo determine el grado de confianza y de conexión. En definitiva, es importante que el entorno cree las condiciones favorables para los juegos compartidos, la comunicación en la distancia y los planes de fin de semana.

El verano es un periodo que puede influir positivamente en la actualización y renovación de la amistad entre primos. En El Blog Infantil compartimos cinco consejos para que el lazo se consolide.

1. Planes de grupo con un enfoque intergeneracional

Aquellos momentos en los que abuelos, padres, tíos y primos participan de un mismo plan de ocio dejan una huella significativa. Una experiencia que se intensifica en periodos concretos como la Navidad. Sin embargo, la esencia de las celebraciones de fin de año puede trasladarse a otros días del calendario por medio de reuniones familiares que giran en torno a la alegría compartida.

2. Juegos en el hogar

La casa puede convertirse en un lugar de bienvenida para recibir a los primos. Es una experiencia que aporta un agradable factor sorpresa. Pero, además, los niños aprenden a compartir juguetes. Y, también, a solucionar los pequeños conflictos que surgen entre ellos. Si se estancan en una dificultad, los adultos pueden mediar en la situación.

3. Compartir tiempo con los abuelos

Con frecuencia, los abuelos son un pilar esencial en la familia. A través de su presencia y su compañía, unen al resto de seres queridos. En ocasiones, los planes con los abuelos se completan, también, con el encuentro con los primos.

4. Cumpleaños

Es positivo que los primos formen parte de los invitados a la fiesta de cumpleaños. De este modo, son partícipes de momentos especiales de la infancia. A veces, las circunstancias externan impiden que puedan tener tanto contacto como las familias desean. Sin embargo, las fechas señaladas del calendario pueden ser esenciales para crear tradiciones compartidas que se afianzan con el paso de los años.

5. No se debe condicionar la relación de los niños con discusiones de los adultos

Los primos forman parte del mismo contexto familiar. Como hemos comentado, es positivo que el propio entorno propicie los momentos compartidos entre ellos. Algo que no ocurre cuando las discusiones y la incomunicación de los adultos se trasladan de algún modo a la nueva generación. Aunque no siempre resulte sencillo, es aconsejable establecer una diferenciación entre aquello que ha ocurrido entre los adultos y la historia de amistad que los niños merecen vivir sin estar condicionados por errores que no les pertenecen. En ese caso, es recomendable establecer unos objetivos comunes.

El vínculo de primos no determina en sí mismo el grado de confianza o de complicidad que existe entre dos personas. Las circunstancias del entorno y la relación entre sus respectivos progenitores influyen en la creación de un lazo que se fortalece con los recuerdos compartidos. Pero existen otras variables a tener en cuenta como la edad, el modo de ser o el grado de afinidad.

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