5 consejos para mejorar la comunicación familiar
La comunicación es uno de los pilares más importantes de los vínculos afectivos. La comunicación asertiva fortalece la relación de pareja y también el lazo con los niños. Las vacaciones de Semana Santa o cualquier fin de semana puede ser un buen momento para hacer balance de la situación familiar desde este punto de vista comunicativo. ¿Cómo mejorar la comunicación con los niños?
Planes de conversación en familia
Existen muchos planes que dan protagonismo a la palabra como medio de encuentro. Una lectura acompañada por un comentario posterior de los valores que transmite, una película infantil, un paseo en familia, un juego… Aquellos planes que a partir de sus características dan espacio a la conversación son especialmente constructivos para crear este clima de diálogo.
Una tarde de fotografías acompañadas de anécdotas, recuerdos y comentarios en torno a aquellas escenas. En torno a la actualidad del día también puedes encontrar temas de conversación. Durante el fin de semana y en vacaciones es posible tener un mayor margen temporal para improvisar actividades en común.
Un espacio común para cada día
La rutina del hogar es compleja en cuanto a la conciliación de horarios. No siempre es fácil coincidir todos juntos en torno a un mismo plan. Sin embargo, es recomendable que en la convivencia del hogar haya algún momento especialmente pensado para disfrutar de la sencillez de estar todos juntos. Cada familia encuentra su propia fórmula. Por ejemplo, quienes no pueden reunirse en el horario de la comida convierten el desayuno en ese momento de visualización optimista de un nuevo día. Un desayuno disfrutado en común que muestra una bonita forma de empezar el día comentando aspectos de esta nueva jornada.
Es especialmente importante estar presente en el momento y lugar porque estar pendiente del teléfono móvil o del ordenador solo refuerza el efecto de la atención dispersa. Intenta visualizar el guión de la jornada habitual para identificar posibles puntos de encuentro a partir de las circunstancias propias.
No solo es positivo concretar los tiempos en los que los niños pueden consultar la tecnología si tienen acceso a algún medio de estas características, los propios adultos pueden educarse a sí mismos para incrementar su libertad, en lugar de su dependencia. La dificultad para desconectar del teléfono o del correo en la etapa adulta puede estar condicionada por la falsa creencia de que es imprescindible estar permanentemente disponible. Si tienes la sensación de que el tiempo que menos vives es el presente existe una lectura que te muestra una filosofía de cambio: El poder del ahora de Eckhart Tolle.
Deseo de conocer a los demás y de dejarte conocer
En este tipo de relación surge el riesgo de caer en la comodidad de creer que ya se sabe absolutamente todo del otro. Sin embargo, todas las personas evolucionan a partir de su edad y circunstancias. Eso significa que siempre tienes la oportunidad de conocer mejor a las personas que forman parte de tu vida y de dejarte conocer tú. En el caso concreto de la relación con tus hijos también puedes redescubrirte a ti mismo en esta etapa, volver a conectar con tu infancia a través de su propia mirada y poner en común el pasado con el presente. Por ejemplo, tal vez recuerdes algunas imágenes de tu infancia que te gustaría compartir también con tus hijos.
El coaching es una disciplina que concede un gran protagonismo a la pregunta como medio de autoconocimiento. Puedes hacerte preguntas para profundizar en torno a la comunicación familiar: ¿Cuáles son las fortalezas que observas en tu comunicación familiar? ¿Y los puntos vulnerables que te gustaría mejorar? ¿Qué gestos te gustaría reforzar y qué hábitos te gustaría desaprender?
Aunque la mejora de la comunicación familiar implica a todos los protagonistas, puedes empezar este proceso reflexionando en torno al propio cambio. ¿Qué oportunidades identificas en esta posibilidad de mejorar la comunicación familiar?
Cómo mejorar la comunicación con los niños
Escucha a tus hijos no solo a través de sus palabras y silencios, sino también por medio de sus acciones y lenguaje corporal. Ofrece caricias emocionales a tu hijo, mensajes de refuerzo que alimentan su autoestima y su amor propio a través de la palabra. Estas caricias son un alimento nutritivo que aporta felicidad. No te dejes condicionar por tu propia realidad de adulto ya que desde la perspectiva de esta edad es posible quedar condicionado por un entorno que utiliza una economía de caricias positivas. Esta escasez queda de manifiesto en la percepción que tiene un trabajador cuando su jefe le corrige en un error pero ya no recuerda cuándo fue el tiempo en el que le felicitó por un logro.
En el ámbito educativo también puede producirse este esquema de poner más atención en la corrección que en el refuerzo. Sin embargo, las caricias positivas no se agotan a pesar de su abundancia y siempre tienen sentido.
Respeto al otro
A través de la comunicación familiar puedes descubrir al otro como alguien diferente a ti. Intenta no dejarte condicionar por tus propias expectativas para descubrir la esencia personal de cada ser humano entendiendo, también, que cada uno tiene su modo de ser y esto también influye en la comunicación.
Las escuelas de padres y madres también profundizan en torno a cuestiones esenciales como la comunicación siendo un espacio educativo para adquirir nuevas herramientas y seguir aprendiendo inteligencia emocional. Existen palabras que suman en la comunicación familiar: gracias, por favor, te quiero y lo siento.
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