5 consejos para evitar la educación permisiva en vacaciones
Las vacaciones de verano traen importantes cambios en la agenda infantil y familiar. Aportan una mayor flexibilidad en la organización del tiempo, favorecen la improvisación de planes y priorizan el disfrute del ocio. Esa flexibilidad no tiene por qué derivar, a modo de causa y efecto, en una educación permisiva. En El Blog Infantil compartimos cinco consejos para seguir transmitiendo los valores previos.
1. Adaptar los límites al nuevo contexto
El escenario estival se alinea con nuevas prioridades y circunstancias. El contexto es diferente a aquel que viven los niños durante el día a día del curso. Pero, las normas, los límites y las rutinas siguen siendo esenciales durante las vacaciones. En ese caso, pueden adaptarse al nuevo contexto estival.
2. Hay tiempo para todo
El descanso estival es una necesidad. A pesar de ello, las semanas de vacaciones evolucionan dando lugar a un periodo de transición que conduce al comienzo de un nuevo curso. Las largas jornadas ponen de manifiesto que, si existe una óptima planificación, hay tiempo para casi todo (dentro de los propios límites que marcan la realidad y las circunstancias).
3. Mantén la coherencia con el mensaje previo
El mensaje transmitido a través de las decisiones y las acciones tomadas no debe romper de forma total con los principios expuestos antes de la llegada de las vacaciones. Existe un hilo conductor que perdura más allá del paso del tiempo. Ese hilo conductor es el proyecto de educación familiar. Ese proyecto no es estático, sino que se actualiza con nuevas metas. Por ello, durante el mes de junio puedes concretar los objetivos educativos que quieres priorizar durante las vacaciones.
4. Búsqueda del equilibrio
No hay un manual de instrucciones que especifique cómo educar en vacaciones de manera universal. ¿Cuál es la principal referencia que puedes tener para afrontar los retos de este periodo? La percepción del equilibrio adecuado es interna. Muestra un balance personal, un sentido de la medida y de la proporción. Es decir, frente a la posibilidad de analizar cada situación desde los opuestos “siempre”, “nunca”, “todo” o “nada”, conviene recordar la importancia que tienen los matices. Es recomendable ser sincero con uno mismo para no caer en el exceso de excepciones a la norma que deriva en una educación muy flexible.
5. No pierdas el foco del largo plazo
Las decisiones tomadas en vacaciones se contextualizan en un periodo que, con mucha frecuencia, se analiza desde una perspectiva idealizada. Sin embargo, es un periodo del calendario que, como cualquier otra estación, tiene principio y final. Una educación permisiva en vacaciones produce efectos más a largo plazo. Por ello, educa desde la presencia consciente, pero planifica el mañana.
Existen distintos factores de riesgo que pueden incrementar la probabilidad de caer en dinámicas que son un reflejo de un comportamiento más permisivo. El estrés, el cansancio acumulado y los cambios en el estado de ánimo pueden hacer que sean las circunstancias externas las que tengan un mayor peso en las decisiones tomadas. Sin embargo, lo realmente importante es que el proyecto de educación estival esté alineado con los valores propios y la búsqueda del bienestar infantil.
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