5 beneficios de la jardinería para niños
La sociedad evoluciona y experimenta cambios tecnológicos que abren nuevas puertas de desarrollo a nivel humano. Pero en todo cambio también existe una esencia que permanece. La jardinería como sinónimo de naturaleza es un ejemplo de creatividad que ha acompañado a niños de distintas generaciones y seguirá haciéndolo en el futuro. ¿Cuáles son los beneficios que esta experiencia ofrece a los más pequeños?
1. Comunicación en familia
Los vínculos familiares se actualizan continuamente con la imagen de las nuevas vivencias y las nuevas palabras. El hogar es un espacio de referencia como sinónimo de intimidad y encuentro con los seres queridos.
Las tareas de jardinería pueden fortalecer la experiencia de equipo en una familia que colabora en un objetivo común siempre en presente.
Un presente que como indica el propio concepto es un regalo en mayúsculas. Este es un ejemplo de actividad intergeneracional en la que también pueden participar los abuelos. El contacto con flores y plantas mejora el estado de ánimo en los adultos. Y esta reducción del estrés también mejora la calidad del tiempo en los espacios en familia. Este es un plan de ocio sencillo que puede integrarse en la vida del propio hogar. Potenciando, además, el valor decorativo de este pasatiempo que añade la perfección del color y el aroma al interiorismo de la vivienda.
2. Aprendizaje práctico
Los niños no solo avanzan en sus objetivos de aprendizaje durante el tiempo escolar o en las clases extraescolares. Los juegos también nutren este refuerzo positivo asociado a la diversión de un pasatiempo agradable. La jardinería es una actividad práctica. A través de esta rutina, los niños conocen información importante como los nombres de las flores y plantas, algunos de los cuidados necesarios y demás curiosidades que ponen el foco en el escenario natural.
Mientras que la experiencia tecnológica está mediatizada por el filtro de una pantalla, en la actividad de la jardinería el niño recibe estímulos que descubre por medio de sus sentidos. Este aprendizaje es importante no solo por ser práctico, sino también porque remite a una cuestión relevante. La jardinería fortalece la curiosidad infantil. El niño conecta con la realidad desde la perspectiva estacional que imprime su huella en la naturaleza.
La ignorancia también puede mostrar el esquema de un conocimiento que abarca lo tecnológico pero ignora aspectos principales de la naturaleza. Una contradicción que puede darse actualmente si no se crea un contexto favorable para que los niños experimenten este encuentro con lo natural.
3. Bienestar integral
La jardinería es una actividad que activa el cuerpo como rutina de ejercicio físico, pero también es una disciplina que potencia el bienestar emocional por medio de la concentración y la observación de la belleza en constante evolución. Una forma de atención plena.
Por ejemplo, el niño puede observar la evolución de las flores y las plantas a partir de los cuidados que imprime. Esta evolución refuerza su propia satisfacción personal y le ayuda a entrenar su responsabilidad al ocuparse de tareas específicas.
Además, las flores también conectan con la experiencia emocional de aquellas sensación que siente el ser humano en contacto con esta información. Las flores están presentes en muchos momentos distintos. Por ejemplo, en acontecimientos de celebración.
4. Educación
Frente a valores que afianzan la competitividad y el individualismo, el cuidado de las flores y las plantas es un ejemplo de actividad que refuerza principios tan atemporales y necesarios como la responsabilidad en el cuidado de la naturaleza y en la gestión de los recursos.
La jardinería tiene múltiples fortalezas como medio que educa, forma y acompaña. Aquello que se aprende por medio de la experiencia propia y, también a través del ejemplo de los padres y personas cercanas, imprime una huella especial en la memoria.
La jardinería es una disciplina que reúne en sí misma las fortalezas de la propia ciencia pero también de las humanidades. El niño no solo puede observar la relación que existe entre la causa y el efecto como bien describe la ciencia, sino también la conexión que existe entre la naturaleza y el ser humano.
5. Paciencia
En un momento tan condicionado por la velocidad del tiempo medida en la inmediatez del acceso directo a un fin determinado, la naturaleza tiene su propio ritmo. Un ritmo que marca el compás de la felicidad humana. Esta conexión con aquello que ocurre en cada momento eleva esta virtud de aprender a esperar con motivación sin que esta pausa pueda ser un inconveniente para perder el interés en un objetivo en concreto.
El fortalecimiento de la paciencia es un propósito que el niño puede entrenar en todos los ámbitos de su vida. Al compartir la actividad de la jardinería en familia, este aprendizaje de la paciencia nutre a los niños, pero también a los adultos. Pablo Neruda afirma: «Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera». Una idea poética con la que despedimos este artículo que hoy compartimos en El Blog Infantil.
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