5 beneficios del respeto mutuo entre padres e hijos
Existe un valor que es muy importante en la vida familiar: el respeto. Un ingrediente que ocupa un lugar esencial en la educación, acompañamiento y crianza de los hijos. Sin embargo, el sentido de dicho principio es bidireccional.
Es decir, es importante atender las necesidades y emociones del bebé. Sin embargo, el adulto también merece cultivar su propio autocuidado por medio del respeto a sí mismo. ¿Qué beneficios proporciona dicho enfoque en la vida familiar?
1. Encontrar un equilibrio que potencia el bien común y la felicidad familiar
Encontrar la armonía en los tiempos, tareas y planes no siempre es sencillo. Muchas decisiones están centradas en el nosotros, es decir, en el grupo. Sin embargo, conviene no ignorar la importancia que tiene el desarrollo individual de cada ser humano. Y el respeto mutuo favorece el bienestar en ambas direcciones.
2. Sentimiento de pertenencia en la familia
Existe un principio que potencia de forma notable la cohesión en el entorno familiar. La libertad nutre a los niños cuando son pequeños pero, especialmente, ofrece el acompañamiento necesario en la adolescencia. Y aporta una agradable bienvenida en la etapa adulta.
El respeto mutuo crea un espacio de libertad en el que padres e hijos pueden desarrollar su individualidad en conexión con los demás. Es decir, en un entorno en el que existen aspectos comunes, pero también diferencias.
3. Gestión de conflictos y dificultades entre padres e hijos
La vida familiar también puede plantear pequeños retos en la relación de pareja, en la convivencia o en la crianza. En ocasiones, los conflictos también producen emociones desagradables. Y aunque no sean negativos, sí tienden a interpretarse de ese modo. Sin embargo, la perspectiva de la situación cambia cuando se afronta desde el respeto mutuo. Se crea el escenario perfecto para hacer lo más conveniente en cada caso.
4. Dar un buen ejemplo a los niños desde el nacimiento
El respeto mutuo implica a las partes que intervienen en una situación. Por ello, el adulto ejemplifica ese valor en numerosas situaciones de la vida familiar. Se convierte en un modelo de comportamiento, sin que eso signifique que deba ser perfecto. El respeto mutuo también se manifiesta en la capacidad de rectificar, cambiar de criterio o pedir perdón.
5. Acompañar las emociones propias y ajenas
El respeto mutuo muestra la importancia de atender y acompañar las emociones que forman parte de la vida cotidiana, no solo en el ámbito familiar. El respeto mutuo crea un espacio de seguridad para expresar y sentir emociones y sentimientos en torno a situaciones que plantean interpretaciones diferentes.
Es decir, cada uno vive un proceso desde su realidad, edad y posición en la familia. Eso no significa que el vínculo entre padres e hijos sea verdaderamente simétrico, como sucede en los lazos de amistad. Un amigo no tiene la responsabilidad de educar a otro como sí ocurre en el caso de los progenitores.
Pero el respeto mutuo pone de manifiesto la importancia de aprender a escuchar al otro y a uno mismo. Por ello, es un tema que interesa tanto a las familias desde el nacimiento del primer hijo. De hecho, el respeto mutuo adquiere una visibilidad muy importante en la disciplina positiva y en la filosofía Montessori.
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