5 beneficios del contacto con el grupo de amigos en verano

Amistad y verano son dos conceptos que adquieren un significado muy especial. Las largas jornadas de ocio crean el contexto ideal para compartir experiencias con el grupo. En ocasiones, la pandilla de amigos se sitúa en el pueblo, allí donde el niño vuelve con la llegada de cada mes de julio. En otros casos, los vecinos del barrio se convierten en los compañeros de aventuras. También es posible mantener el contacto con algunos de los amigos de clase. ¿Cuáles son los beneficios que los vínculos con otros niños aportan durante el verano?

1. Un presente que deja recuerdos positivos a largo plazo

Es uno de los principales legados de las vacaciones: algunas de las historias vividas en compañía perduran en la memoria. Y se convierten en un agradable refugio al que volver desde la etapa adulta.

2. Afianzar vínculos que se consolidan a lo largo de la vida

Algunos de los lazos que comienzan en la niñez perduran hasta la etapa adulta, aunque se transformen. Cada vínculo experimenta su propio proceso de cambio y de consolidación. El verano crea un nuevo contexto respecto a la rutina habitual del colegio. Por ello, la falta de contacto puede generar una distancia, mientras que la comunicación crea una proximidad.

3. Desarrollo de las habilidades sociales

Las habilidades sociales se aprenden y se cultivan en contextos diferentes. El contacto con el grupo de amigos es esencial para poner en práctica la comunicación asertiva, la colaboración, la amabilidad, la empatía o la sinceridad. En ocasiones, las vacaciones traen novedades significativas que amplían la zona de confort. Por ejemplo, los niños que acuden a campamentos o talleres estivales coinciden con otros compañeros con los que se relacionan en un entorno seguro.

4. Facilitar el reencuentro posterior

En ocasiones, el contacto no puede llevarse a cabo de manera presencial. Sin embargo, existen diferentes alternativas de comunicación que superan el obstáculo de la distancia. El teléfono y la carta son algunos de los medios utilizados para mantener el diálogo con alguien que se encuentra en un destino diferente. El cuidado del vínculo durante las vacaciones facilita el reencuentro posterior.

5. Crear lugares de encuentro más allá del colegio

Las clases del colegio y las actividades estraescolares crean un entorno académico que une a los alumnos durante el curso. Pero la amistad evoluciona más allá del ámbito educativo cuando los amigos comparten otros lugares de encuentro. El verano puede convertirse en ese periodo temporal en el que surgen nuevos objetivos comunes. Quizá cambien muchos aspectos de la agenda familiar durante los meses de julio y agosto. Sin embargo, es posible reforzar el arraigo de aquello que perdura y permanece. La amistad aporta seguridad y confianza.

En definitiva, el verano ofrece la oportunidad de construir nuevas relaciones, aunque sean temporales. Del mismo modo, crea el contexto propicio para profundizar en los lazos de amistad que ya forman parte de la vida del niño.

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