5 beneficios de las instalaciones de juego en la escuela
La estética y el estado del edificio influyen de forma directa en la primera impresión que los progenitores perciben de un espacio educativo. Una escuela infantil está integrada por zonas perfectamente diferenciadas. Pues bien, las instalaciones de juego adquieren una visibilidad esencial en el contexto. Enmarcan aquel espacio seguro, educativo y creativo con el que el alumno interactúa de forma libre. ¿Cuáles son los beneficios de las instalaciones de juego en las escuelas infantiles?
1. Creación de un entorno compartido
Las instalaciones representan un escenario común, un marco de encuentro en el que los niños se relacionan con otros compañeros. Y, por tanto, surgen historias inolvidables a partir de la interacción “yo” y “tú”. Es decir, las instalaciones representan visualmente la importancia del bien común. Aquel que se alinea con el “nosotros” y con los momentos compartidos.
2. Aprenden rutinas de orden y organización
Como hemos comentado previamente, las instalaciones crean un espacio compartido. Y, por tanto, cada uno influye directamente en su óptimo mantenimiento. El orden es uno de los conceptos que eleva la seguridad del ambiente y facilita el propio aprendizaje. Los materiales están perfectamente estructurados y situados a disposición de los allí presentes. El ambiente educativo, por tanto, también forma e inspira a los niños.
3. Facilitan el aprendizaje desde una perspectiva lúdica
Con frecuencia, la búsqueda de la excelencia de una escuela infantil parece poner el acento en los recursos humanos. Los profesionales vocacionales y con un brillante currículum forman un equipo competitivo. Pero la experiencia educativa tiene un enfoque integral en el entorno. Es decir, es una propuesta holística que se materializa en las propias características de las instalaciones. Es un escenario que unifica dos elementos tan positivos como la diversión y el descubrimiento.
4. Desarrollo de la autonomía
El diseño y planificación de las instalaciones de juego se alinean con las necesidades infantiles. Es un entorno seguro en el que el niño se siente como en un verdadero hogar. Y, por tanto, representa un pequeño universo que está equipado con los medios esenciales para impulsar su autonomía. En consecuencia, ese pequeño universo tiene un gran potencial en la rutina cotidiana.
5. El niño transforma el espacio con sus acciones
Desde el punto de vista visual, ese entorno parece describirse de forma general con unas características principales. Sin embargo, el plano de ese lugar es, en realidad, muy flexible. Ten en cuenta que cada niño lo observa desde su propia perspectiva. Y, además, le da forma por medio de sus acciones, iniciativas y juegos. La estética de las instalaciones, por tanto, ofrece un universo de posibilidades.
El propio espacio, en conclusión, crea el contexto deseado para el cumplimiento de los objetivos educativos propios de esta etapa. Si quieres profundizar en torno a este tema puedes leer el libro Javier Abad Molina y Ángeles Ruiz de Velasco Gálvez: El lugar del símbolo. El subtítulo de la obra es «El imaginario infantil en las instalaciones de juego». Por ejemplo, los materiales utilizados en un entorno pueden estar específicamente seleccionados para alimentar el juego simbólico.
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