5 beneficios de la amistad entre familias de niños pequeños
Es habitual visualizar el nacimiento de una amistad entre dos personas que comparten puntos de interés. Pero la amistad también puede tener un enfoque sistémico cuando une a dos grupos diferentes. Esto es algo que ocurre habitualmente en la maternidad. Imagina, por ejemplo, el vínculo especial que surge entre las familias de los alumnos de una escuela infantil.
También, la relación cercana que se consolida entre las familias de diferentes niños del barrio. En ese caso, el sentido de la amistad adquiere una perspectiva grupal. Se produce una convivencia habitual entre adultos y niños que comparten diferentes momentos de ocio. En definitiva, se crea un clima de cercanía y confianza entre todos. ¿Qué beneficios aporta la amistad entre dos familias?
1. Transmite un legado positivo a los niños
La amistad de los adultos se convierte en un ejemplo que los niños pueden modelar en el futuro. Por otra parte, se crean vínculos intergeneracionales. Pero también nacen lazos entre personas que tienen una edad similar. Por ejemplo, los niños disfrutan del tiempo juntos cuando sus respectivas familias organizan un plan común.
2. Existen muchos puntos de unión
En ocasiones, la historia de amistad entre familias evoluciona a lo largo de los años. Posee un enfoque sistémico, en consecuencia, surgen numerosos puntos de unión. Cada adulto conoce los vínculos que le unen a los demás. Pero también percibe la unión que existe entre otras personas queridas y la familia con la que ha surgido esa conexión tan especial. Si en algún momento se produce una situación de conflicto entre dos personas, el entorno puede facilitar el encuentro y la mediación.
3. Colaboración y acompañamiento
La amistad entre familias es cálida, acogedora y práctica. La ayuda mutua es una de las características que la describe. Es decir, es habitual que los adultos se apoyen mutuamente en gestiones que facilitan la conciliación y la organización del tiempo. Además, las familias que tienen circunstancias en común experimentan retos similares. En consecuencia, aumenta la empatía, la comprensión y la escucha.
4. El sentimiento general de cercanía y amistad fortalece los lazos que se forman en el grupo
La amistad entre familias, como señala el concepto, tiene que ver con esa sensación de familiaridad que se produce en cada encuentro. Eso no implica que deba existir un alto nivel de intimidad, es decir, no siempre surge la confianza necesaria para compartir secretos y confidencias. Pero sí se produce un arraigo, una complicidad y una agradable sensación de bienestar. El contexto del grupo es nutritivo, por ello, en el seno del mismo se crean otros vínculos significativos.
5. Es una amistad muy resiliente
Este tipo de amistad, como sucede con cualquier otra relación, puede llegar a su fin. Pero la perspectiva es diferente en este caso porque la historia une a varias personas de dos grupos diferentes en torno a un relato común. Es decir, surgen muchos puntos de encuentro que potencian la resiliencia de un vínculo que es dinámico.
La amistad entre familias surge de manera espontánea y natural en la rutina cotidiana del día a día. Sin embargo, es importante nutrir la conexión a través de la reciprocidad.
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