Conforme se va adelantando el embarazo cada vez encontramos más dificultades a la hora de manejar nuestro cuerpo. Agacharnos, subir una escalera o hacer ciertos ejercicios que antes nos parecían de lo más normal, ahora se convierten en toda una odisea. No podemos obviar que nuestra barriga, al menos al final del tercer trimestre, es como un mascarón de proa que va oteando el horizonte mucho más allá de que nos llegue, incluso, la vista. Los espacios, los volúmenes y las distancias, pasan a ser conceptos, casi, imaginarios.
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