Una mala caída, un golpe inesperado o uno de esos accidentes que se producen por un lamentable descuido, puede acarrear algún que otro problema de salud. Nuestra estructura ósea está pensada para que nos dure toda nuestra vida en las mejores condiciones posibles, ya que es ella la que sostendrá el resto de nuestro cuerpo durante este tiempo. Pero, como el resto de nuestros órganos, poco a poco se va debilitando, así que una caída en la edad adulta puede acarrear una fractura de algún hueso, lo que nos llevará a tener que ponernos una escayola, una férula o, en el más grave de los casos, necesitar una intervención quirúrgica.
El pasado 9 de noviembre se celebró en todo el mundo el Día del Inventor, un buen momento para recordar que, aunque todo parezca que ya existe, todavía nos quedan muchas cosas que podemos crear, transformar y hacer realidad dentro de un mundo lleno de posibilidades. Así que no es extraño que encontráramos una de esas propuestas que nos hacen esbozar una sonrisa, afilar nuestra creatividad o, al menos, pensar que, también nuestros sueños, pueden encontrar su lugar en el universo.
Uno de los paisajes, en cuanto a naturaleza salvaje se refiere, lo encontramos en el norte de España, concretamente en Asturias. Esta comunidad de nuestro país, sigue albergando una de las mayores poblaciones vegetales y arbóreas de España, por lo que le da un carácter especial, aquel que llena el paisaje de eternos tonos verdes, esos que nos hacen llenar los pulmones de puro oxígeno.
Seguro que muchos de vosotros os acordáis de aquella extraña masa que, desde dentro de un bote de plástico, aparecía en nuestras manos como si tuviera vida propia: el blandiblú. Muchas han sido las horas que hemos invertido en ir pasándola de una mano a otra buscando crear formas o imaginándonos que se trataba de un extraño ser que podíamos modelar a nuestro gusto. Yo, incluso, le llegaba a poner ojitos o algún aderezo humano, creyéndome ser un auténtico doctor Frankestein.
Apenas nos quedan unas semanas para que estemos celebrando la Navidad, esa festividad que, muy por encima del resto, es venerada y adorada por la mayoría de humanos, más allá de su afiliación religiosa o sus creencias sociales. Quizás por tradición o por seguir encontrando la excusa perfecta para encontrarnos con nuestros seres queridos, la Navidad sigue brillando en nuestro calendario con especial luz propia.
A menudo los padres nos quejamos que nuestros niños no se han aficionado a la lectura. En la mayoría de los casos, el problema viene desde casa, si ellos no nos ven hacerlo a nosotros, difícilmente lo tomarán como una de esas actividades divertidas y de ocio que, perfectamente, se pueden compartir en familia. Otras veces el problema está en no haber dado con el libro adecuado. No podemos obviar que cada uno tenemos nuestros gustos y lo que para unos puede ser maravilloso, para otros resulta de lo más aburrido.
Desde 1996 los nacimientos prematuros han aumentado en España un 36 por ciento, lo que supone que al año están naciendo, sólo en nuestro país, 29 mil niños. Uno de cada trece nacimientos se produce antes de hora. Este dato se ha dado a conocer recientemente, precisamente hoy que se celebra el Día de la Prematuridad. Para celebrar este día especial, la Asociación de Padres de Niños Prematuros (Aprem), ha organizado distintos actos culturales e informativos en el Hospital Universitario de La Paz, en Madrid.
Seguro que te habrá ocurrido, más de una vez, que has dejado a tu bebé en su cuna y en su dormitorio porque has notado como que estaba cansado y necesitaba una buena siesta. Al cabo de un buen rato, y pensando que ya estaría sumido en el más profundo de los sueños, le has oído balbucear, hacer palmas o riéndose casi sin ningún motivo aparente. Es como si estuviera divirtiéndose de lo lindo, incluso sin más compañía que sus propios descubrimientos.
Los niños en el cine siempre han desarrollado un papel muy importante. Gracias a su inocencia y candidez, en el mejor de los casos, son capaces de adaptarse a un guión en el que se le van marcando unas pautas con las que desarrollar el personaje. Esa flexibilidad a la hora de entrar "limpio" a la interpretación, se va perdiendo con los años, consiguiendo que resulte mucho más difícil posarse en la piel de según que personalidades.