10 consejos para tener más paciencia con los hijos
La paciencia es una virtud que no siempre resulta fácil de entrenar en las distintas esferas de la vida en un tiempo condicionado por la inmediatez.
En un universo vivido a golpe de clic, el caminar de la existencia tiene un ritmo diferente. La paciencia es nutritiva en origen y en su efecto. ¿Cómo tener más paciencia con los hijos? En El Blog Infantil compartimos este decálogo que puedes completar con tu aportación en un comentario.
1. Ten paciencia contigo
El modo en el que nos hablamos a nosotros mismos influye en cómo nos posicionamos ante la realidad de cada día. Si los mensajes de urgencia, prisa, resultados y productividad son la norma frecuente de cada día, intenta poner por escrito alguna de esas ideas que identificas como habituales para visualizarlas con más claridad. Los momentos de prisa son inevitables, pero si esta tendencia es un estilo de vida universal, conviene hacer cambios.
¿Te sientes determinado por las circunstancias externas o tú influyes en tu propia forma de gestionar y organizar el tiempo?
2. Recuerda tu infancia
Nadie tiene una memoria completa de todos los detalles de su niñez, pero el recuerdo de detalles significativos puede ayudarte a viajar a la infancia no solo a través de la mirada de tu hijo, sino también por medio de la conexión con ese niño que habita en ti.
Aunque tal vez esté oculto bajo un manto de responsabilidades, deberes, obligaciones y una visión de la vida que puede estar condicionada por creencias limitantes que la persona adquiere en su camino hacia la etapa adulta.
3. Empatía
Enlazando este concepto con el anterior, esta conexión con el punto de vista del niño es clave para crear empatía. No existe una interpretación única de la realidad. La distancia generacional que existe entre un padre y un hijo no es un límite para la empatía ya que todo adulto ha sido niño anteriormente.
4. Asume tus límites
El propósito de alimentar la paciencia no debe conducir al ideal de creer que es posible no perderla nunca o que es positivo no enfadarse. Recuerda este mensaje de Aristóteles: «Cualquiera puede enfadarse, eso es muy fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de la forma correcta, eso ciertamente, no es tan fácil«.
5. Desconexión tecnológica
No es posible llevar a cabo este ejercicio en todo momento, tampoco es necesario. La tecnología ofrece muchas oportunidades y ventajas positivas. Pero la dependencia tecnológica es un riesgo elevado en la actualidad. Los propios grupos de whatsapp de padres y madres cuando no se gestionan adecuadamente pueden ser un ejemplo de ello.
Establece momentos de desconexión tecnológica cuando estés en casa en los que tu atención esté presente sin riesgo de interrupción en el lugar en el que te encuentras. Por ejemplo, disfrutando de actividades educativas.
6. Autoconocimiento
¿Cuáles son aquellas situaciones en las que sueles perder la paciencia? ¿Qué características comunes identificas en esos momentos en los que sientes que estás llegando a tu límite de paciencia? ¿Qué pensamientos tienes en esos momentos? Puedes continuar sumando nuevas preguntas en torno a esta reflexión.
Por medio de la introspección puedes potenciar una respuesta que rompa con la dinámica habitual de comportamiento en este tipo de casos. Recuerda este mensaje de Albert Eistein: «Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo».
7. Conecta con el proceso y no solo con el objetivo
Estamos tan condicionados por la interpretación de una realidad vivida en términos de resultados que condicionamos nuestra felicidad por medir el valor de un proceso en función de cuál ha sido el momento final, en concreto, de aquello que vendrá después.
El propósito de vivir el presente comienza con el compromiso libremente asumido con el ahora. Querer no es poder en todos los ámbitos de la vida, sin embargo, en este caso en concreto sí es una aproximación muy importante hacia esa conexión real con el ahora.
8. Contacto con la naturaleza
Existen espacios que son terapéuticos para el ser humano por el bienestar integral que produce este encuentro. Tú puedes dejar tu mejor huella en la naturaleza a través de su cuidado, pero la naturaleza también deja una huella imborrable en ti si observas y te recreas en ella. Momentos de naturaleza que pueden formar parte de espacios de soledad y también de tiempo de familia. Por ejemplo, actividades de jardinería.
9. Red de apoyo
La responsabilidad de ser padre o madre no es sencilla. Mientras que la soledad incrementa la vulnerabilidad ante esta realidad, los lazos de apoyo refuerzan la fortaleza. Por tanto, la comunicación con la pareja, los amigos y la familia eleva la resiliencia. Al hablar con los demás encuentras un espacio de retroalimentación continua.
10. Recuerda qué es lo importante
La perspectiva de aquello que es prioritario cambia por completo desde el ánimo de la impaciencia que conduce a la urgencia. Cuando esa emoción pase, la perspectiva será totalmente distinta. Por tanto, pon razón a la emoción.
Alimentar la paciencia siempre es importante, pero en el inicio del verano todavía puede ser más imprescindible ya que este es un periodo de cambio y de convivencia más intensa que puede desvelar vacíos que no se han tenido en cuenta hasta el momento.
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