10 consejos para jugar con tu hijo y disfrutar el proceso
Jugar es una necesidad no solo para tu hijo, sino también para ti mismo. Tal vez has desconectado de esta perspectiva en tu etapa adulta. Sin embargo, puedes potenciar la conexión con tu niño interior a través de la flexibilidad, los valores y la improvisación. En Uno más en la Familia te damos diez consejos.
1. Jugar es una necesidad, pero no lo vivas como una imposición
A veces, surge un bloqueo en la forma de afrontar el juego con los niños. Aunque jugar sea una necesidad, eso no significa que deba vivirse como una obligación. No existen normas o patrones perfectamente establecidos. Adapta la esencia del juego a tu realidad y perspectiva (y a la etapa en la que se encuentra tu hijo).
2. Los juguetes son un medio, el juego es un fin en sí mismo
Es importante establecer una diferenciación significativa entre ambos conceptos. Los juguetes son un medio que potencia el descubrimiento, la interacción, el entretenimiento y el aprendizaje. Sin embargo, el juego no es material: hace referencia a una experiencia que es un fin en sí mismo.
3. Utiliza el juego como un lenguaje para hablar con tu hijo
La comunicación entre padre e hijo es esencial para fortalecer el vínculo. Y el universo del juego se enriquece con multitud de factores como la palabra, el lenguaje corporal, los gestos y la presencia.
4. Comparte momentos significativos con cada hijo
Si tienes más de un hijo, el juego ofrece el marco perfecto para compartir momentos en grupo. Pero también proporciona el espacio necesario para nutrir el vínculo con cada niño a través de entornos concretos en los que la atención se dirige, únicamente, a una persona.
5. Validación emocional: el juego no siempre es divertido
Existen muchas maneras diferentes de vivir los momentos de juegos con los niños. En ocasiones, surge el aburrimiento o la falta de interés en el adulto. La validación emocional es más positiva que el juicio negativo. Es decir, date el permiso de sentir diversión en algunos instantes y aburrimiento en otros.
6. Juego presimbólico y simbólico
A través de la realidad, es posible crear nuevos universos que despiertan el interés del niño. El juego presimbólico se convierte en una preparación para la recreación y la imitación de situaciones reales.
7. Integra el juego en la rutina familiar
Así como haces un espacio consciente a otras rutinas, haz lo mismo con el juego. Es decir, crea el contexto temporal y espacial adecuado para disfrutar de ese momento sin poner excusas.
8. Busca tu espacio, pero sin eclipsar a otros seres queridos
Comparte momentos de juego con tu hijo pero, del mismo modo, crea las condiciones favorables para que otros seres queridos también puedan compartir momentos de creatividad con él.
9. Crea momentos de juego en torno a la lectura
El juego conecta con el plano de las experiencias y las emociones. También es un valor cultural que puede alinearse con experiencias creativas y artísticas como, por ejemplo, la lectura.
10. No compares tus momentos de juego con las dinámicas de otras familias
Los momentos de juegos que compartes con tu hijo son únicos. Evita la comparación con otras realidades.
Jugar con tu hijo es una experiencia afectiva y emocional. No la afrontes como una obligación o una imposición. Simplemente, disfruta de ese regalo.
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