El 10 por ciento de las embarazadas sufren depresión
El embarazo siempre ha estado ligado a un estado de bienestar y felicidad, a pesar de los cambios físicos o pequeñas molestias que se puedan presentar a lo largo de los nueve meses. Aquellas mujeres que han decidido ser madres y son totalmente conscientes de lo que supone traer un hijo al mundo, viven una época de total plenitud y alegría sabiendo la maravilla que se está «cociendo» en su interior. Las complicaciones vendrán después, sobre todo cuando somos primerizas.
Por eso pocas veces se ha relacionado la depresión, o ese estado de decaimiento emocional, a lo largo de la gestación, si no más bien después de que el parto se ha producido. Sin embargo, un estudio realizado por el Hospital Clínico San Carlos y la Universidad de Educación a Distancia (UNED), junto a una doctora experta estadounidense, ha demostrado que la depresión también es habitual a lo largo del embarazo. No en vano, estaríamos hablando de un 10 por ciento de las gestantes.
La variación en las hormonas serían las culpables
Con la llegada del embarazo nuestros niveles hormonales se disparan. Algunas de ellas podrían influir, directamente, en nuestro equilibrio cerebral, provocando lo que todos conocemos como depresión.
Sin embargo, y según los datos manejados por los expertos que han colaborado en este estudio, el 65 por ciento de las mujeres embarazadas no son diagnosticadas, por lo que no se les facilita el tratamiento adecuado para evitar los males que puede generar esta enfermedad durante este periodo.
En la mayoría de los casos se piensa que se trata de una alteración transitoria debido a los cambios físicos que se producen durante la gestación, pero que desaparecerán una vez haya nacido el bebé. Un error que puede desembocar en problemas más graves.
Problemas en el desarrollo del bebé y mala relación tras su nacimiento
Una depresión no tratada suele acarrear graves consecuencias, mucho más, y según han comprobado los facultativos, si nos encontramos embarazadas. En principio el desarrollo del bebé no será igual si afrontamos nuestro embarazo con niveles bajos de positividad. Emociones negativas que llegan a nuestro pequeño de forma directa.
Pero, sin duda, será con su nacimiento cuando este problema se convierta en una barrera insalvable. Las mamás que están deprimidas son menos resolutivas, rinden mucho menos y ven mermadas sus capacidades. Precisamente en una época en la que el bebé necesita comunicarse plenamente con ella, la reciente madre evita su mirada, no interactua con él y delega, casi todo su cuidado en terceras personas.
Desgraciadamente, también se ha comprobado, que los bebés que han sufrido estas consecuencias, suelen tener comportamientos sociales alterados y problemas en la escolarización o relación con los demás, incluso aunque sus madres hayan mejorado y sólo se tratara de un episodio puntual durante el embarazo o tras el parto.
Vía | Correo Farmaceútico
Fotos | Babycenter y Inatal
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