10 buenas razones para plantar un árbol con tu hijo
El Día del Árbol tiene su propia fecha en el calendario. Y la naturaleza está directamente vinculada con el bienestar personal. Plantar un árbol es un aprendizaje que puedes compartir con tu hijo como una experiencia de vida muy importante. ¿Cuáles son las razones para emprender esta iniciativa? En El Blog Infantil enumeramos diez razones.
1. Conexión con lo natural
La tecnología abre nuevas puertas en la actualidad, pero la tecnología no sustituye lo esencial. Este encuentro con lo natural es un ejemplo de ello. La naturaleza es un hogar para todos, y como tal, es importante cuidarlo. Plantar un árbol es un ejemplo de cómo cada persona puede potenciar este cuidado de manera proactiva comenzando por su propia implicación personal.
2. Creación de espacios saludables
El encuentro con espacios naturales y zonas verdes es un alimento del bienestar personal frente al efecto de otros entornos condicionados por el componente de la contaminación. El cuidado de este entorno natural es muy importante en todos los espacios, también en las ciudades. El verdadero progreso es aquel que está alineado con la sostenibilidad.
3. Metáfora de la vida
Partiendo de la figura del árbol puedes compartir múltiples reflexiones con tu hijo al identificar un significado simbólico en las distintas partes del árbol que pueden constituir un relato: la raíz, el tronco y las ramas. ¿Cuáles son los valores que te gustaría transmitir a tu hijo para que crezca firme la raíz de su felicidad?
4. Amor
La película El Olivo dirigida por Icíar Bollaín es un ejemplo de cómo un árbol puede unir a dos personas de distintas generaciones con una historia en común. En el caso de la historia de esta película que puede ser de interés para padres y madres, El Olivo describe el afecto incondicional de un abuelo y su nieta. Un relato unido a un árbol con significado propio.
Álma, una joven de 20 años, decide emprender un largo viaje para recuperar el olivo que su familia vendió sin tener en cuenta el verdadero deseo de su abuelo. En las ramificaciones de este árbol se encuentran de manera metafórica los recuerdos felices que la joven conserva de su infancia.
5. Legado de futuro
La naturaleza es un hogar para todos y será la casa de las próximas generaciones. La acción de plantar un árbol en el presente es un testimonio de futuro a través del legado que este gesto produce en la forma de un fruto que fortalece el bien común. El niño puede sentirse protagonista de esta experiencia, al igual que personas del pasado tuvieron este mismo propósito.
6. Aprendizaje
A lo largo de la infancia, un niño experimenta distintos aprendizajes que pueden estar vinculados a experiencias teóricas y prácticas. Mediante esta iniciativa, el niño tiene la oportunidad de aprender tareas de jardinería, conocer los diferentes tipos de árboles y comprender el valor de la ecología.
7. Baños de bosque
Una de las experiencias de bienestar desarrolladas en el plano del crecimiento personal en contacto directo con los espacios naturales son los baños de bosque. Experiencias sensoriales con las que los protagonistas conectan con el presente de un entorno tan nutritivo. Por ejemplo, el niño puede abrazar un árbol.
8. Repetir esta acción en el futuro
Después de este primer árbol, pueden venir momentos distintos. Tal vez en la etapa adulta sea el niño quien enseñe a otras personas aquello que aprendió en su infancia. De este modo, este primer gesto produce una secuencia de inteligencia social puesto que tu ejemplo puede inspirar a tu hijo y, a su vez, su ejemplo puede ser una referencia para otras personas que se comprometen con el objetivo de plantar árboles.
9. Biodiversidad
Como hemos dicho anteriormente, los árboles son una metáfora de vida. Y su esencia está íntimamente vinculada a la biodiversidad mediante la creación de un entorno que está enriquecido por distintas especies animales. En el plano de la ficción, uno de los libros que forma parte de la literatura universal es El barón rampante, una obra de Italo Calvino que cuenta la historia de Cosimo Piovasco quien pasa toda su vida encaramado a lo alto de los árboles.
10. Alegría
Plantar un árbol es una experiencia que está fundada en el bien. Por ello, la raíz de esta acción produce alegría. Un plan compartido en familia que puede unir a distintas generaciones en torno a la esperanza de este árbol que dará sombra a tantas personas y que fortalece el suelo.
Por tanto, aunque el Día del Árbol tiene una fecha concreta en el calendario, el cuidado de la naturaleza es un compromiso universal que se actualiza durante todos los días del calendario a través de acciones concretas, realistas y específicas. Si te gustaría descubrir más razones para seguir esta iniciativa puedes leer el libro Planta un árbol escrito por Nadia Menotti. Y recuerda esta reflexión de El Principito: «Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante». Puedes compartir este mensaje con tu hijo a través del cuidado de la naturaleza.
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