10 buenas razones para comer en familia con los niños
Comer en familia es una rutina saludable que, en ocasiones, se ve interrumpida por las dificultades para gestionar los horarios de los niños y de los adultos.
El 2020 es un año que dejó grandes lecciones en las familias: la conexión con lo esencial cobró un nuevo significado. Y comer en casa es un ejemplo de rutina que nutre las emociones. En El Blog Infantil enumeramos diez razones para afianzar esta experiencia en el contexto actual.
1. Crear un hábito que evolucionará con los años
Con cada etapa de la vida de niños y adultos, llegan novedades que se incorporan en el hogar. Pero existen pequeñas rutinas que permanecen y se convierten en un hilo conductor que trasciende a la evolución del calendario. Comer en familia es un ejemplo de ello.
2. Escuchar
Existen distintos ingredientes que alimentan el diálogo. Y uno de ellos es la escucha. Una atención que va más allá de la palabra, ya que también puedes observar el lenguaje corporal del niño.
3. Dar vida a los espacios compartidos en el hogar
Existen dos estancias que adquieren un protagonismo especial para las familias: el salón y la cocina. Lugares que, por sus propias características, propician la reunión y el encuentro.
Sin embargo, un lugar no lo hace todo por sí mismo. Quienes viven allí toman la iniciativa para construir un entorno feliz. Y comer en familia es uno de los hábitos que se encuentra en la base de esta expectativa.
4. Educar
La educación es un concepto universal. No existe un único espacio para poner en práctica los principios y normas que guían al niño en su proceso de crecimiento. Este acompañamiento también fluye alrededor de la mesa.
5. Colaboración
Hay distintos aprendizajes que están vinculados con esta experiencia. Por ejemplo, los niños también pueden adquirir responsabilidades adaptadas a su edad al colaborar en el momento de poner la mesa.
6. Inteligencia emocional
Es positivo encontrar un momento adecuado para hablar sobre emociones y sentimientos. Por ello, también es recomendable que esta rutina familiar se desarrolle lejos de la tecnología, para evitar ese tipo de interrupción.
7. Resiliencia
El propio fortalecimiento de los vínculos familiares influye de forma significativa en la resiliencia de los seres queridos. El entorno familiar ofrece una protección a quienes se sienten aceptados y queridos.
8. El valor de la presencia
En la actualidad, muchas veces se confunde la felicidad con el hacer. La ocupación constante está determinada por la búsqueda de resultados y la productividad. Sin embargo, este hábito compartido en familia pone en valor la esencia del ser. Lo más importante es estar presente en ese lugar.
9. Revivir el pasado
Los temas de conversación que se desarrollan en este escenario no solo pueden girar en torno al presente más inmediato. También surgen anécdotas del ayer que traen aquí la alegría del pasado.
10. Gratitud
Educar en valores es un propósito que inspira cada día a las familias. La gratitud ocupa un lugar destacado en esta lista de prioridades. Pues bien, este momento familiar puede ser uno de los instantes por el que dar las gracias al final del día.
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