¿Te preocupa el estrés infantil? Aprende a detectar señales de ansiedad en tus hijos
El estrés infantil es una cuestión todavía pendiente, en primer lugar porque los niños no deberían estar sometidos a niveles altos (teniendo en cuenta que no se conocen bien las repercusiones a medio y largo plazo); y – también – porque en muchas ocasiones ni siquiera es reconocido. Durante las últimas semanas, miles de niños que viven en el Hemisferio Norte, se han ido incorporando a las clases, y esta es una situación generadora de estrés (a pesar de esas caritas sonrientes que le cuentan al reportero de televisión ‘las ganas que tienen de volver al colegio). Un estudio reciente publicado en WebMD, concluye que el mejor consejo a los padres es que observen y escuchen cualquier señal de ansiedad.
Observar / escuchar frente a realizar preguntas muy generales sobre la percepción y vivencia del estrés, lo cual es altamente improductivo. Por ejemplo, de poco sirve preguntar “¿estás estresado? ¿qué te pone nervioso?”, a los niños les difícil conectar con ese tipo de interpelaciones que resultan ‘vagas’ e incluso pueden denotar poco interés. En cambio: ‘sé que te preocupa tener nueva profesora, has oído que es demasiado estricta con los alumnos, ¿verdad?’ ‘¿cómo crees que te sentirás el primer día de clase con ella?’. El paso siguiente será buscar posibles soluciones: ‘¿qué cosas buenas te han contado sobre ella?’; ‘¿te puedo ayudar a relajarte?’. Concretar las cuestiones ayuda a minimizar el impacto que prevén tendrán en sus vidas.
Aunque también es cierto que verbalizar (o que otros lo hagan) contribuye a situarse con lejanía respecto de aquello que les preocupa, y ello ayudaría a que no se sientan mal por tener esos pensamientos
¿Por qué ‘la vuelta al cole’ es estresante?
Estas son las razones: los deberes escolares, los exámenes, estar ‘a la altura’ / ser suficientemente inteligente, la dificultad asociada al progreso de curso, las notas, las pruebas iniciales de nivel, hacer nuevos amigos, los maestros nuevos, cambio de colegio…
Las transiciones son especialmente duras (de segundo a tercer curso de Primaria, de Primaria a Secundaria, etc), y constituyen en sí mismas un factor relacionado con la ansiedad. Para los niños es útil que un adulto de referencia les ayude a elaborar las ideas sobre qué es lo que les preocupa, o ‘qué esperan del cambio’, porque de esta forma es más fácil buscar soluciones y / o conseguir la autonomía necesaria para afrontarlo.
Por último cabe mencionar que el estrés de los mayores también puede ser sufrido por los niños, si no se gestiona adecuadamente. Por ello es importante reconocerlo, y especialmente cuando tiene relación con la escolarización de nuestros hijos.
(Las imágenes de la galería forman parte de una infografía publicada en el estudio mencionado: la primera señala los síntomas del estrés perceptibles (como dolores o llanto), y la segunda las soluciones que los participantes en la investigación ponen en marcha (jugar al aire libre o ver la televisión)
Vía | CNN
Foto | Flickr-Phil Roeder
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