Síndrome de Asperger, síntomas en niños
El Síndrome de Asperger es uno de los trastornos que en la actualidad más preocupan a los padres. Debido a que en muchas ocasiones es confundido con el autismo, no siempre reciben el tratamiento adecuado. Y es que en este, como en tantos problemas neuronales que presentan los niños, todavía queda mucho camino por recorrer ya que las causas de esa inapetencia ante las relaciones humanas, o sus constantes obsesiones, siguen siendo un enigma para los científicos.
Según las últimas cifras, el Asperger afecta de 3 a 7 niños de cada mil entre los 7 y 16 años. Cifra que ya empieza a ser preocupante, siendo en los niños más habitual que en las niñas. Pero ¿quieres conocer cuáles son esos indicios y síntomas que se reflejan en los niños que padecen Asperger?
No disfrutan con el contacto social, casi siempre están más con los adultos que con niños de su edad, por lo tanto es habitual verlos jugar solos. No entienden las reglas del juego y siempre quieren ganar por lo que los deportes no suelen ser su pasatiempo favorito. Debido a su ingenuidad y sinceridad suele tener más conflictos con el resto de seres que le rodean, por lo que acaba enfadándose y presenta muchas más rabietas que un niño normal.
Para comunicarse no mira a los ojos y habla de forma repetitiva y alta, empleando un lenguaje excesivamente elocuente y culto. No suele interesarle lo que opinan los demás y cuando la conversación se alarga la cambia sin más. Importante: no entiende las ironías.
Del mismo modo que no entiende las reglas del juego, tampoco lo hace con las sociales, por eso no atiende a castigos ni a críticas. Los problemas o preguntas complejas no son su fuerte, por ello tarda mucho en responder, incluso a menudo se queda ausente. En cambio tiene una memoria prodigiosa para retener fechas y datos, quizás por ello las matemáticas y las ciencias son su fuerte. Eso sí, cuando algo les gusta ocupan el mayor tiempo posible de horas en ello. La mayoría aprenden a leer muy pronto, devorando libros uno tras otro, en cambio no demuestran dotes imaginativas o creativas.
Les cuesta moverse, abrocharse los botones o atrapar una pelota. Sienten miedo y angustia ante sonidos desconocidos. Ante situaciones angustiosas se mueven o mecen de forma constante y, sobre todo, son seres rutinarios a los que no les gustan los cambios de planes ni los imprevistos.
Vía | Con mis hijos
Foto | Sings of Aspergers