Ser solidarios (II)
Seguimos reflexionando sobre uno de los principales valores que debemos compartir con nuestros hijos: la solidaridad. En este caso haremos algunas reflexiones para que todos juntos puedas entender qué es y por qué es tan importante en la vida. Escribí este artículo con un lenguaje ideal para que puedas leerlo con tu hijo, sin usar términos complejos y diferentes de entender.
A veces pides un favor y no te ayudan… o sí. ¿Te preguntaste por qué? Nadie está obligado a hacerlo, y en muchas ocasiones quien nos ayuda siquiera nos conoce. Sólo lo hace por la satisfacción de ser útil a otra persona. Algo así es la solidaridad: la participación y la ayuda ante los problemas de los otros, sin que esperemos a cambio nada más que la alegría de saber que pudimos ayudar a alguien.
Las personas tenemos la capacidad de ponernos en el lugar del otro, es decir, de imaginar sus sentimientos o dificultades, y de colaborar para responder a sus necesidades. Aunque a veces esto nos dé un poco de trabajo, al final nos sentimos bien.
Ser solidario es una elección, algo que elegimos hacer cuando es necesario, aunque no nos lo pidan. También podemos elegir no ser solidarios pero… ¿cómo nos sentiríamos sabiendo que cuando podíamos ayudar a alguien no lo hicimos?
Solos es más difícil resolver los problemas. En cambio, entre varios todos puede ser más sencillo. Por eso, empecemos por casa y colaboremos en lo que podamos con las personas que nos quieren. Aunque sea una ayuda pequeña será buena para el otro (y para nosotros). La solidaridad nos enriquece, favorece el intercambio y la ayuda mutua. Y eso hace que el amor crezca más fuerte.
Fuente | Colección Valores
Foto | Flickr – Viajar 24h