Procesiones de Semana Santa en familia
La Semana Santa también está llena de cultura. Por ejemplo, así se muestra a través de las procesiones que durante estos días llenan de vida y de espiritualidad cada rincón de la geografía española. Participar en dichas tradiciones tiene un significado más especial en el caso de aquellos niños que este año van a hacer la Primera Comunión en el mes de mayo, ya que a esa edad, son más conscientes del significado de los ritos religiosos.
A la hora de ir con los niños también se debe de valorar la situación con objetividad. Si el niño es muy pequeño, puede ser que se aburra, o también, que no respete el silencio que muestra la solemnidad de una ceremonia de estas características. Por tanto, en ese caso, puede ir la madre o el padre a la profesión, mientras uno de los dos se queda al cuidado de los niños. En caso de tener casa por una zona por la que pasa la procesión, entonces, es posible disfrutar con los niños del paso de la misma desde un balcón.
Pero la realidad es que los peques también tienen mucho espacio en algunas procesiones que se celebran durante estos días. Por ejemplo, los niños pueden ser costaleros en la procesión de Lucena en Córdoba. Un momento muy emotivo y una experiencia inolvidable para los peques que se sienten un poco mayores gracias a esta iniciativa. Por supuesto, los niños también pueden vivir de cerca el Viernes Santo en Cádiz gracias a la Madrugada gaditana con los pasos del Descendimiento y del Perdón.
Participar en las procesiones de Semana Santa es un hábito por el que apuestan aquellas familias que quieren educar a sus hijos en los valores religiosos y en la fe. Disfrutar de las procesiones de Semana Santa en familia merece la pena en primer lugar, porque es un plan típico de estas fechas y de este modo, también se educa a los peques en la cultura de las tradiciones. Por otra parte, la geografía de las ciudades y de los pueblos se muestra diferente con tanta gente en la calle.
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Foto | Psicología Espiritualidad