Poner límites a los niños para vivir en armonía
La palabra límite no siempre se entiende la forma adecuada, de hecho, son muchas las personas que piensan que es suficiente con que te prohiban algo para que tú lo desees más todavía. Sin embargo, la realidad es que un límite no es más que una norma que está basada en la ética y también, en aquello que es adecuado o correcto. Existen leyes y normas en todos los ámbitos, incluso, para conducir tienes que tener claro qué es lo que de se puede o lo que no se debe hacer.
Pues bien, en el caso de los niños, también es más que necesario que sepan las normas del hogar para que puedan vivir en equilibrio. Son muchos los expertos que apuntan a que aquellos niños que nunca han recibido un no por respuesta, corren el peligro de convertirse en adultos con baja tolerancia hacia la frustración.
Pues bien, en este sentido, La psicóloga Natalia Calderón advierte que “los niños necesitan ser guiados por los adultos para que aprendan cómo realizar lo que desean de la manera más adecuada. Los límites deben basarse en las necesidades de los niños y fijarse de manera que no afecten su respeto y autoestima”.
Para marcar un límite se necesita firmeza y autoridad. En este sentido, el padre y la madre nunca deben contradecirse delante del niño, por ejemplo. Juan Pablo Arredondo que es autor del libro Límites y Berrinches explica: “Se cree que los límites están peleados con el amor, y eso no es cierto. Es mucho más amoroso manejar a un niño dentro de un esquema de límites, porque lo estás preparando para la vida, y la vida es con límites, con reglas, estructuras, autoridad, consecuencias”.
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Foto | Cafetería JPERK